DOLOR DE TALON: ¿TENGO UN ESPOLON?





La primera pregunta de los pacientes es esta y su preocupación es que le dijeron que tenía un “espolón”. Aunque muchas personas tienen espolones del talón, estos no son la causa del dolor. Una de cada 10 personas tiene espolones del talón, pero solo una de cada 20 personas (5%) con espolones del talón tiene dolor en el pie afectado. Debido a que el espolón no es la causa del dolor, este puede tratarse sin remover el mismo.

El verdadero nombre de este problema es “fascitis plantar”, y hace referencia a una inflamación dolorosa del tejido que sostiene el arco del pie. La fascia plantar es un ligamento largo y delgado que se encuentra directamente debajo de la piel en la base del talón. Este ligamento conecta el talón con la parte delantera del pie y da soporte al arco.

La fascia plantar está diseñada para absorber la gran presión y esfuerzo que le exigimos a nuestros pies. Pero a veces demasiada presión daña o desgarra los tejidos. La respuesta natural del cuerpo a la lesión es la inflamación, que resulta en dolor del talón y rigidez.

¿CUÁLES SON SUS CAUSAS?

En la mayoría de los casos, la fascitis plantar se desarrolla sin una razón específica ni identificable. Hay, sin embargo, muchos factores que pueden predisponer a esta condición:

*Músculos de la pantorrilla tensos que dificultan la flexión del pie y tiran los dedos acercándolos a la tibia.

*Obesidad.

*Arco muy pronunciado.

*Actividad de impacto repetitivo (correr/deportes).

*Actividad nueva o aumentada.

Los síntomas más comunes de la fascitis plantar incluyen:

*Dolor en la base del pie cerca del talón.

*Dolor al dar los primeros pasos después de levantarse de la cama en la    mañana, o después de un largo período de reposo. El dolor cede después de caminar unos pocos minutos.

*Mayor dolor después del ejercicio o la actividad (no durante).

Su médico podría pedir estudios por imágenes (radiografías) para ayudar a confirmar que el dolor en su talón es causado por fascitis plantar y no por otro problema.

¿CÓMO SE TRATA?

Más del 90% de los pacientes con fascitis plantar mejorarán en un plazo de 10 meses de comenzar con métodos de tratamiento simples:

Reposo. Reducir o incluso suspender totalmente las actividades que empeoran el dolor es el primer paso para reducir el dolor. Usted podría necesitar suspender actividades atléticas en las que sus pies impactan sobre superficies duras (por ejemplo, correr o step aerobics).

Hielo. Pasar sus pies sobre una botella de agua fría o hielo durante 20 minutos es efectivo. Esto puede hacerse 3 a 4 veces por día.

Medicamentos antiinflamatorios no esteroideos. Los medicamentos como el ibuprofeno o el diclofenac reducen el dolor y la inflamación. El uso de estos medicamentos no debería extenderse más de 10 días.

Ejercicio. La fascitis plantar es agravada por músculos tensos en sus pies y pantorrillas. El estiramiento de sus pantorrillas y fascia plantar es la manera más efectiva de aliviar el dolor que provoca esta condición.

Otras medidas: inyecciones de cortisona, taloneras siliconadas, férulas para la noche, terapia física, ondas de choque.

La cirugía solo se considera después de 12 meses de tratamiento no quirúrgico agresivo.

Dr. Torres Edgar, traumatólogo, Hospital A. Serra.

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