Enfermedad de Osgood-Schlatter o epifisitis de la tuberosidad tibial.





La enfermedad de Osgood-Schlatter es una hinchazón dolorosa de la protuberancia en la parte frontal y superior de la tibia, llamada tuberosidad tibial anterior (TAT) que afecta a niños y adolescentes que están teniendo un crecimiento rápido mientras practican un deporte.
Causas, incidencia y factores de riesgo.
La enfermedad de Osgood-Schlatter es un proceso que afecta a los adolescentes en el periodo de crecimiento. Se trata de una enfermedad que consiste en el “despegamiento” del cartílago de crecimiento de la tuberosidad tibial como consecuencia de la realización de una sobrecarga repetitiva antes de que se complete el crecimiento del área. También se cree que se debe a un disbalance muscular. Se manifiesta por la aparición de dolor en la cara anterior de la rodilla, por debajo de la rótula y la aparición de un bulto en la zona dolorosa. Este trastorno se observa muy a menudo en adolescentes activos y atléticos, generalmente en edades comprendidas entre los 10 y los 15 años. Es común en adolescentes que practican deportes de alto impacto con saltos y carrera.
Síntomas y diagnóstico.
El principal síntoma es una hinchazón dolorosa justo debajo de la rodilla en la superficie frontal (anterior) de la tibia. Los síntomas ocurren en una o ambas piernas. La persona puede presentar dolor de pierna o dolor de rodilla, que empeora al correr, saltar y subir escaleras. El área es sensible a la presión y la inflamación varía desde leve hasta muy severa. El especialista puede hacer un diagnóstico de este problema llevando a cabo un examen físico. Una radiografía puede ser normal o puede mostrar inflamación o daño a la tuberosidad tibial. Las radiografías se usan muy poco, a menos que se quiera descartar otras causas del dolor.
Tratamiento.
El tratamiento a seguir, básicamente, consiste en reposo deportivo. Es importante destacar que no es necesario reposo si el deporte no precisa grandes esfuerzos y no provoca dolor. El Osgood-Schlatter también se puede tratar, en el caso de que haya dolor, con analgésicos, frío local y fisioterapia, aunque ocasionalmente se puede colocar una cincha que sujete el tendón rotuliano con el fin de disminuir la fuerza que éste ejerce sobre el punto de inserción en el hueso. En los casos raros en los cuales los síntomas no desaparecen, se puede utilizar un yeso o un dispositivo ortopédico para inmovilizar la rodilla hasta que sane, lo cual toma normalmente de 6 a 8 semanas. Igualmente, se pueden usar muletas para caminar con el fin de aliviar el peso sobre la pierna dolorida. Desde el campo de la fisioterapia se puede intentar tratar disminuyendo la tensión que generan la musculatura extensora de rodilla sobre la tuberosidad tibial. Rara vez, puede ser necesaria la cirugía.
Expectativas.
El periodo de duración puede ser de varias semanas. La mayoría de los casos mejoran espontáneamente después de algunas semanas o meses y finalmente desaparecen una vez que el niño completa su crecimiento. A los adolescentes se les puede permitir participar en deportes si la actividad no causa molestia, pero después de un descanso.

Dr. Edgar Torres, traumatólogo, Hospital A. Serra.

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