Récord en San Antonio Oeste: se pescaron casi 1300 toneladas de langostinos

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En total, hasta el 8 de marzo, se habían obtenido en poco más de dos meses, una 1.259 toneladas en la localidad costera rionegrina. La especie sigue sorprendiendo por el crecimiento de su abundancia, pero no por ello debe dejarse de tomar medidas correctivas en el manejo del recurso natural, que sigue siendo uno de los pilares de la industria pesquera nacional.

La Pleoticus muelleri desembarcadas en los diferentes puertos del país, durante el año pasado, en lo que constituyó otro récord de capturas de la especie, obliga a seguir pensando en medidas de manejo del recurso estrella del caladero nacional.

Las primeras conclusiones que trascendieron sobre estos estudios interdisciplinarios darían cuenta del notorio deterioro que sufre el langostino en un período de 96 horas, que es el plazo máximo de operaciones de faena que tiene la flota fresquera de altura, entre el inicio efectivo de las operaciones de pesca y su finalización.

Análisis

Biólogos e ingenieros pesqueros dieron cuenta de la pérdida de la cadena de valor en las diferentes variantes de la pesquería. En la actualidad, en promedio el valor del langostino entero es 8,50 dólares tipo L1, para el caso del congelado a bordo o el que es desembarcado en pocas horas y se congela en tierra.

Lo capturado por los fresqueros de altura, que acopian y operan en hasta 96 horas en zona de pesca, a lo que se le suma el regreso a puerto y descarga, termina, en un altísimo porcentaje, siendo un producto roto y con melanosis, que obliga a hacerlo cola.

Con esos cinco días de operaciones, más del 90 por ciento del langostino pescado por los ‘colorados’ terminaría siendo cola, que en el mejor de los casos se exporta a casi 6 dólares; con el agravante de que además se termina vendiendo la mitad del peso de lo que se descargó. El estudio demostraría que casi la mitad del volumen pescado por esa flota se tira porque el producto se deterioró por la cantidad de horas que estuvo en el barco. El producto final no es de calidad y como se sabe, respecto del valor de mercado entre un langostino entero y cola, la diferencia es significativa.

Especialistas demostrarían que la mitad de las toneladas de captura de langostino de los ‘fresqueros de altura’ se desecha, generando esto, además, los problemas ambientales en las ciudades donde se las desembarca porque en el proceso de selección en planta se desecha cabeza por el nivel de melanosis y rotura de las piezas.

Es decir, el análisis indicaría que al exterior se termina exportando la mitad del volumen capturado producto de una inadecuada política de manejo del recurso, al autorizarse tantas horas de operación a esa flota. La mitad del peso se tira y la otra mitad se exporta a casi un 40 por ciento menos de valor.

En definitiva, este estudio demostraría que un elevado porcentaje de lo desembarcado termina en la basura, debido al deterioro que sufren los ejemplares por las horas de operatoria de los fresqueros de altura. Rotos y con melanosis, el producto final es cola y no entero, con una fuerte caída en la cadena de valor. (Fuente Revista Puerto)

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