El porcentaje de embarcados en el avistaje de ballenas francas en el golfo San Matías ha disminuido, lo que ha llevado a las autoridades a considerar retrasar la temporada alta para no incrementar los precios promocionales actuales de la temporada baja.
La ley que regula estos avistajes no definió el lapso formal de la temporada tras la reunión de la autoridad de aplicación la semana pasada, en la que solo se discutió el cupo de pasajeros por embarcación.
El órgano de aplicación, conformado por un referente del área de ambiente de la Provincia, alguien del municipio de San Antonio, ambientalistas y prestadores náuticos, mencionó la posibilidad de postergar el inicio formal de la temporada. Cabe destacar que la ley aún no está reglamentada y no establece fechas fijas para el inicio de la temporada.
Los prestadores buscan prolongar la temporada baja y las salidas sin tener que replantear tarifas ni sumar costos extras que compliquen aún más la situación del sector, que ha sido fuertemente afectado por la crisis económica. La actividad embarcada para divisar fauna marina residente, que incluye lobos marinos, delfines, pingüinos y avifauna, se enriquece con la presencia de la ballena Franca Austral de junio a octubre.
Durante la temporada alta, los prestadores náuticos pagan un canon a Ambiente de Provincia para realizar los paseos, y también existe un derecho de avistaje que se incorpora a la tarifa que abona el pasajero de la embarcación. Ambas sumas, consensuadas según la normativa, se utilizan para mantener los monitoreos que evalúan el desarrollo de la actividad.
A pesar de que este año las ballenas llegaron antes y en mayor cantidad, y el buen clima permitió navegar a diario, el problema de las tarifas sigue siendo determinante. La idea de retrasar la temporada busca ser flexible y ofrecer rebajas y promociones que beneficien tanto a los prestadores como a los turistas.
