Denice Hinz, chef oriunda de General Roca, hace varios años trabaja en San Antonio Oeste un concepto de cocina que fusiona la tradición con la innovación, a través de su restaurante Terra Trattoria.
“La idea de Terra Trattoria surgió de querer ofrecer algo nuevo y de calidad a la localidad, con precios accesibles”, comenta Hinz. Tras su éxito previo con una pizzería, Hinz decidió reinventar el espacio y adaptar su propuesta gastronómica a las nuevas tendencias y realidades del mercado.
La trattoria, caracterizada por el uso de horno de barro, conecta con las raíces de Hinz, quien creció en una familia de campo en Aguada Guzmán y El Cuy, lugares donde la cocina al fuego directo es tradición. “Desde pequeña, ver a mi tía preparando medialunas al amanecer con huevos de avestruz me llenaba de satisfacción”, recuerda Hinz.
A pesar de haber sumado capacitaciones en gastronomía en La Plata y perfeccionado sus habilidades en coctelería en Buenos Aires, Hinz considera que su verdadera formación proviene de su infancia y juventud, donde la cocina fue una herramienta de vida. “En Roca, mi madre y yo solíamos hacer rosquitas, pizzas y empanadas para vender. Fue una forma de ganarnos la vida, y eso me marcó profundamente”, dice Hinz.
Tras casi seis años en San Antonio Oeste, Hinz y su socio vieron la oportunidad de abrir Terra Trattoria también contó en su momento con el apoyo de la agencia CREAR. Respecto a cómo conciben la comida de cara al comensal señaló “Queríamos que los clientes pudieran ver cómo se amasa, que interactuaran con el cocinero, enriqueciendo así la experiencia gastronómica”, explica Hinz.
A pesar de los desafíos económicos actuales, Terra Trattoria ha logrado adaptarse, ofreciendo cinco variedades de empanadas en formato delivery, manteniendo así el espíritu de la pizzería original. Próximamente, esta iniciativa gastronómica de San Antonio Oeste será destacada en Revista Caras, mostrando cómo Terra Trattoria se ha convertido en un referente de la cocina local.
A pesar de haber sumado capacitaciones en gastronomía en La Plata y perfeccionado sus habilidades en coctelería en Buenos Aires, Hinz considera que su verdadera formación proviene de su infancia y juventud, donde la cocina fue una herramienta de vida. “En Roca, mi madre y yo solíamos hacer rosquitas, pizzas y empanadas para vender. Fue una forma de ganarnos la vida, y eso me marcó profundamente”, dice Hinz.
