Luego de un período de tensiones y reclamos, los trabajadores de la planta pesquera Río Salado, afiliados al Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (STIA), lograron un compromiso desde la empresa.
La reunión contó con la presencia del accionista Franco Massari, representantes sindicales y funcionarios locales, lo que permitió abrir un diálogo sobre las problemáticas laborales que aquejan al sector.
Juan Ortíz, secretario adjunto del STIA, expresó en Signos FM, que los principales reclamos se centraban en atrasos salariales, falta de pago de vacaciones correspondientes al 2022 y bajos ingresos generales. Además, señaló que la incertidumbre en los pagos y el cobro en cuotas de las quincenas habían generado un clima de descontento entre los trabajadores. “Fue clave la intervención de los legisladores locales y del empresario Massari. Esto permitió una discusión directa con los trabajadores y se logró un principio de solución”, afirmó Ortíz.
En el encuentro, Massari se comprometió a cumplir con las deudas salariales pendientes, comenzando con la segunda quincena de noviembre, que fue saldada recientemente. Asimismo, se acordó un plan de pago para las vacaciones adeudadas del 2022, cuya propuesta será presentada esta semana. Respecto al período vacacional 2023, los trabajadores comenzarán sus vacaciones el 20 de diciembre, con los anticipos salariales correspondientes.
Además, se abordaron temas como el pago del sueldo anual complementario y la necesidad de establecer condiciones laborales más estables, que permitan recuperar el salario digno y garantizar la continuidad laboral. “El compromiso es que cada parte cumpla con su responsabilidad. Es un paso para trabajar armónicamente en 2025”, destacó el dirigente sindical.
Otro punto crucial de la discusión fue la ausencia de delegados sindicales en la planta. Según Ortíz, la empresa ha mostrado reticencia a permitir la elección de representantes internos, una situación que el sindicato buscará revertir en el próximo mes con la convocatoria a elecciones de delegados.
Massari también planteó preocupaciones sobre el ausentismo laboral, aunque Ortíz atribuyó esto a las condiciones adversas de trabajo y a problemas de salud de los empleados. “El ausentismo no es por falta de compromiso. La actividad en la planta es delicada, con jornadas en condiciones de frío y humedad que afectan la salud”, explicó.
A pesar de las dificultades, el empresario manifestó su intención de evitar la quiebra de la compañía y descartó la conformación de cooperativas, asegurando que su objetivo es trabajar en conjunto con los empleados. “Lo que se reclama no es antojadizo, es lo que corresponde por el trabajo realizado”, subrayó Ortíz.