En la villa balnearia, Reynaldo Bergoglio, familiar del fallecido Papa Francisco, lleva una vida alejada de los reflectores, dedicado a su negocio y a la atención de sus clientes.
Aunque su apellido lo vincula con una de las figuras más influyentes de la Iglesia Católica, él prefiere mantener un perfil bajo, enfocado en su trabajo y su hogar en esta localidad turística.
Dueño de una óptica con alta demanda durante el verano, Reynaldo atiende a sus clientes con dedicación y sencillez. Sin embargo, su parentesco con el pontífice argentino no pasa desapercibido. «Muchos clientes y vecinos me preguntan por la relación, lo que me genera una mezcla de orgullo y timidez» agregó «Jorge Bergoglio es el primo de mi abuelo pero no tuve contacto con él», confesó.
Los Bergoglio son una familia con raíces en Córdoba, pero dispersa en distintos caminos. Mientras el Papa Francisco guiaba a millones de fieles desde el Vaticano, Reynaldo construyó su vida en Las Grutas, donde su local cumple una década de existencia. «Gracias a Dios, todo marcha bien. El verano fue impresionante por la gran afluencia de turistas», destacó.
Aunque sus vidas tomaron rumbos distintos, el vínculo familiar los une. «Los abuelos marcan ese lazo», reflexionó Reynaldo, quien, sin buscar protagonismo, reconoce ser parte de una historia más grande.
La noticia de la muerte del Papa Francisco, ocurrida en su residencia del Vaticano en un lunes de Pascua, conmocionó al mundo católico. Mientras millones lloran su partida, en Las Grutas, un Bergoglio continúa su vida con humildad, honrando un apellido que, más allá de la fama, representa para él el valor del trabajo honesto y los lazos familiares. (con información de ADN SUR)