En la planta de tratamiento de efluentes de Las Grutas, un proyecto interinstitucional está convirtiendo aguas residuales tratadas en vida vegetal, con el objetivo de forestar y embellecer espacios públicos en San Antonio Oeste, Las Grutas y el Puerto de San Antonio Este.
La iniciativa, impulsada por el INTA, el DPA, el Municipio de San Antonio Oeste y ARSA, combina sostenibilidad, ciencia y participación comunitaria.
El proyecto utiliza un estaquero para reproducir plantas como álamos, sauces, fresnos y aguaribay a partir de estacas. Estas especies, seleccionadas por su adaptabilidad a suelos con limitaciones de fertilidad, crecen durante un año antes de ser trasplantadas en plazas y áreas públicas. «Los resultados son alentadores», destacó Mariana Dacal Arriaga, extensionista del INTA Conesa, quien lidera la iniciativa desde sus inicios como prueba piloto hace tres años.
Uno de los pilares del proyecto es el uso de aguas tratadas, ricas en nutrientes naturales, lo que elimina la necesidad de agroquímicos. «Esta propuesta se enmarca en la agroecología», explicó Dacal Arriaga. Además de su impacto urbano, parte de la producción se destina a campos ganaderos, donde las plantas sirven como refugio para animales.
La forestación de una plaza en Las Grutas, en un sitio con condiciones adversas, demostró el éxito del modelo. «Es un ejemplo de desarrollo sustentable que puede replicarse en otras localidades con plantas de tratamiento», afirmó la especialista, destacando la colaboración interregional que nutre el proyecto.
Con más árboles, sombra y vida, esta iniciativa no solo mejora el paisaje urbano, sino que también ofrece una solución innovadora para la escasez hídrica. (Fuente: INTA Valle Inferior)