En medio de un contexto económico adverso para el sector pesquero, el empresario Edgardo Corvalán impulsa gestiones para reactivar la planta procesadora Río Salado, un emblema de la actividad industrial de San Antonio Oeste que lleva años paralizada.
“La planta Río Salado es un modelo, y me embarqué en este desafío porque sé lo que significa para muchas familias de la localidad”, expresó el es legislador Corvalán, mientras aguarda respuestas oficiales.
El empresario, con una larga trayectoria vinculada a la industria pesquera, afirmó que su objetivo es devolverle vida a la planta y generar empleo genuino. “Estoy en esto porque creo que es posible sacar adelante Río Salado. No le tengo miedo al esfuerzo, lo único que pido a las autoridades es acompañamiento. No vengo a pedir excepciones ni favores, sino que se agilicen los mecanismos administrativos para poder reactivar una fuente laboral clave”, subrayó.
Corvalán reconoció que el contexto no es sencillo: “Tenemos una situación de crisis en todo el sector pesquero. Pero a veces, en estas circunstancias difíciles, es cuando hay que tomar decisiones valientes. Yo pongo mi honestidad y mi trabajo para que esto avance”.
El empresario sostuvo que cuenta con inversores privados dispuestos a realizar una inversión significativa para la reapertura de la planta. “Vine con gente que confía en mí, que apuesta a este proyecto y que no entiende cómo una planta modelo puede estar cerrada. Es una locura que algo con tanto potencial esté abandonado. Queremos recuperar Río Salado y generar empleo, con una mirada sostenible y moderna”.
En cuanto a los trámites legales y administrativos, Corvalán detalló que “se está esperando la resolución del síndico, pero ya hay compromisos preliminares que permitirían avanzar con la reapertura”. Reconoció, sin embargo, que el establecimiento sufrió deterioro y vandalismo en el tiempo que estuvo sin actividad.
“Hay problemas con la luz, el agua, y hay que reacondicionar toda la planta. Lamentablemente, hubo ingresos indebidos y destrozos, aunque por suerte no se llevaron las máquinas principales. De todas formas, estamos pidiendo colaboración a las autoridades para garantizar la seguridad y evitar que vuelva a suceder”, señaló.
Pese a las dificultades, insistió: “No me asusta el desafío. Esto requiere trabajo, tiempo y acompañamiento político. Pero hay muchas familias que dependen de esta planta, y eso me impulsa a seguir”.
Consultado sobre la disponibilidad de materia prima en el Golfo San Matías, Corvalán fue claro: “No contamos con el golfo, ojalá se llene de pescado algún día. Pero nuestro plan no depende de eso. Estamos apostando a un esquema de provisión desde otras provincias patagónicas, con acuerdos firmados que nos permiten traer pescado de zonas donde hay disponibilidad y a costos más competitivos”.
Además, adelantó que uno de los ejes del proyecto contempla el aprovechamiento de la próxima temporada de langostino en Chubut, con compromisos comerciales ya en negociación. “Tenemos que salir de este barullo con hechos, no con palabras. Es un proceso que se inicia con intenciones, pero estamos dando los primeros pasos concretos”, sostuvo.
“No puede ser que esta planta siga cerrada. Estamos hablando de una infraestructura que puede generar decenas de puestos de trabajo directos y muchos más indirectos. Lo que hace falta es decisión política y acompañamiento”. Corvalán aseguró que el proyecto apunta a un modelo de gestión autosustentable, sin depender de subsidios: “Vamos a poner los recursos que hagan falta, con una administración transparente y un enfoque en la producción. Queremos que la planta se sostenga sola y que los trabajadores vuelvan a tener un ingreso digno”.
“Sé que la gente está esperando que esto se reactive. Me lo dicen todos los días. Y yo también tengo fe en que lo vamos a lograr. Pero hay que hacerlo bien, con responsabilidad, con diálogo y con trabajo”, remarcó Corvalán. “No le tengo miedo al esfuerzo —concluyó—. Le tengo miedo a la indiferencia. Porque cuando se deja caer algo tan importante como esta planta, lo que se pierde no es solo una fuente laboral, sino parte de la esperanza de un pueblo. Y eso es lo que quiero recuperar.”