El vicerrector Paul Osovnikar describió el crítico panorama que enfrenta la casa de altos estudios de la región.
La Universidad Nacional del Comahue no va a poder pagar la factura de energía eléctrica que vence en abril, que ronda los 60 millones de pesos; y tampoco podrá afrontar los vencimientos del agua, el gas e internet. Así lo resumió el vicerrector de la casa de estudios, Fernando Paul Osovnikar, quien explicó que es la misma crisis que enfrentan las 52 universidades nacionales del país.
Mañana se realizará una reunión del Consejo Interuniversitario Nacional, en la que se debatirá una estrategia a seguir. Mientras tanto, el panorama es de total incertidumbre. “Estamos en una situación que empezamos a ver qué no vamos a pagar”, precisó.
Se llega a este punto crítico porque “el presupuesto que tenemos prorrogado es el que se aprobó en septiembre – octubre de 2022 para todo el 2023”. Lo que quedó notablemente desfasado con respecto al proceso inflacionario. Sobre lo salarial, “no hay paritaria y solo se ha dado lo que ellos pretendieron dar por aumento, un 5 % y un 12 %, con una inflación que ya supera el 70 % desde diciembre a la fecha”.
También precisó que del total del presupuesto de la UNCo, apenas un 5 % es lo que corresponde a los gastos de funcionamiento. Con los recortes que se hicieron, producto de la licuación por inflación, “en enero nos llegaron 121 millones pero pagamos 250 millones. ¿Cómo hicimos entonces para pagar esto? Usando remanentes de ejercicios anteriores, de programas que teníamos previstos para otras actividades, pero eso es finito, y ya estamos agotando todos los recursos”, manifestó.
Osovnikar precisó que los sueldos se están pagando aunque solo con los aumentos determinados en forma unilateral por Nación, y con la advertencia de que no se podrán cubrir nuevos cargos: “estamos al límite”, dijo. Pero “no hay convocatorias para nuevos proyectos de investigación ni de extensión”. En cuanto a los beneficios estudiantes, “estamos manteniendo las becas, pero sin aumentar los montos; el comedor y las residencias”.
Para el vicerrector, el ahogo presupuestario busca forzar el cierre de las universidades: “quieren demostrar a la sociedad que las universidades no cumplen con lo que tienen. Dicen que envían fondos pero son totalmente insuficientes. Son un tercio de lo que se necesita para funcionar mínimamente. Los gastos fijos de agua, luz, gas, internet, seguridad, limpieza. Después, el funcionamiento académico, investigación extensión, el sostenimiento de nuestros estudiantes, con nuevas tecnologías, mejoramiento edilicio, lo mínimo indispensable mantenimiento”.
“El riesgo, el cierre, es algo que no queremos hablar porque siempre tenemos una luz de esperanza y mantener las aulas abiertas. Por supuesto buscando alternativas complementarias, buscando utilizar el recurso de aula híbrida, buscando concentrar clases en un mismo día… hay que estar buscando opciones”, apuntó. (fuente NoticiasNet)
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