La ley que agrava las penas para quienes matan alcoholizados al volante está parada hace más de un año en el Congreso. Tuvo media sanción de la Cámara de Diputados en mayo de 2015 y perderá estado parlamentario en diciembre próximo si no es tratada antes. Por eso, ayer, familiares de víctimas de tránsito marcharon hasta el Congreso para reclamarles a los senadores la sanción definitiva del proyecto.
Entre los manifestantes, estuvieron María del Carmen Tolosa y Jorge Pil, quienes viajaron especialmente desde la localidad rionegrina de San Antonio Oeste para participar de la manifestación sosteniendo una pancarta con la foto su hija, Ilsen Aimé, que con sólo 5 años falleció en un hecho de tránsito, en noviembre del año pasado.
«Ella venía de comprar con su hermana cuando, al cruzar la calle, apareció un conductor de contramano y a muy alta velocidad, que la atropelló para después darse a la fuga», contó Jorge Pil.
Según Pil, el conductor tuvo tiempo de ir a su casa, lavar el auto y «pasar un perro debajo» para confundir a los peritos. «Queremos que cambie la Ley de Tránsito antes del juicio para que se aplique otra normativa» más severa, dijeron.
Las Agrupación Madres del Dolor también inició un petitorio en Change.org que, bajo el lema «Asesinos al volante: penas más altas, basta de impunidad», ya reunió casi 40 mil firmas.
«Estamos pidiendo que quien atropella en estado de ebriedad y mata a alguien reciba mayor pena que quien está sobrio; y que si alguien atropella y se escapa del lugar del hecho reciba mayor sanción que quien se queda y se hace cargo», explicó Viviam Perrone, referente de la Agrupación Madres del Dolor.
«Hoy, al contrario, el que se escapa sale ganando porque se lleva el auto, y si estaba alcoholizado o drogado nunca nos enteramos», dijo.
«Estamos pidiendo que el mínimo de la pena (del homicidio culposo) sea de 3 años y medio con estos agravantes; y que el máximo de la pena, que hoy es de 5 años, con estos agravantes sea de 7», agregó esta activista que perdió a su hijo de 14 años en un hecho de tránsito en 2002.