Editorial: saturación

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El sistema de salud en la zona más concentrada de la provincia de Río Negro está llegando a la saturación por los internados de COVID19. La curva sigue por encima de los mil activos casos diarios y durante los últimos veintitrés días tuvo fallecidos, superando holgadamente el centenar.

Esta semana, el ministro Zgaib, denegó la asistencia de Nación que puso a disposición del gobierno rionegrino, llegaban con recursos humanos e infraestructura sanitaria, para mejorar la capacidad de respuesta del hospital de Roca. Comentó luego el funcionario que por el momento esa ayuda no es necesaria.

Obviamente el arco opositor reclamó que acepten. Este sábado, en Allen, muere una persona por no tener acceso a cama de terapia. El Hospital López Lima confirmó ayer oficialmente, que la ocupación en ambas ciudades era del 100%.

A pesar de los mensajes optimistas, que brinda la secretaria de Políticas Públicas de Salud de la Provincia, Mercedes Ibero, Río Negro tiene uno de los más altos índices de contagios por coronavirus, por cantidad de habitantes. Superior a muchas poblaciones más concentradas de nuestro país y eso es innegable.

Esto lleva preocupación a la zona atlántica, donde todas las localidades comprendidas, van a derivar los casos complejos a Viedma, que no cuenta con la suficiente cantidad de camas. El panorama actual es que el hospital capitalino tiene casi del 60% de ocupación y manifestó Salud provincial, que pueden armar otras dieciséis camas por si se necesita, ¿porque no lo hacen?, es la gran pregunta.

San Antonio Oeste llegó a los setenta casos, sumados los activos y recuperados. En diez días, proporcionalmente es bastante, si bien la curva se mantiene por ahora, las próximas jornadas son claves para saber como se comportó la población, tras enterarse que dejó de ser ciudad libre de COVID.

Conesa, a pesar del cordón sanitario, continuó con contagios, mientras que en el municipio sanantoniense, que se encuentra en otra fase (con apertura), también suma activos, incluso de otros nexos epidemiológicos, diferentes al inicial.

Casadei prefirió mantener el ASPO, obviamente sin llegar a conformar a todos. Unos pedían más liberación y encaminarse hacia una mayor “nueva normalidad”. Otros solicitaban restricción absoluta.

El intendente evaluó todos los aspectos, revisó comentarios en redes sociales, consultó con diferentes sectores y determinó un marco, en el cual derivó la responsabilidad de cuidado, a cada uno de los vecinos y apeló a que la ciudadanía de forma madura, se comportase de la mejor manera, para evitar la propagación del virus.

No todos contemplaron ese pedido del mandatario comunal y varios hicieron caso omiso. Entonces el horizonte hoy es incierto ante lo que pueda acontecer.

Casadei señaló que hicieron todo lo que estaba al alcance “más no se puede hacer” repitió en el COEM. Fue claro en el mensaje, imposible seguir estancando la economía informal, porque a las claras, el contexto no es favorable para quienes viven del día a día.

Diferente es el pensamiento del que cobra regularmente a fin de mes, trabajadores de los tres poderes públicos y empresas del estado, entre otros particulares, estadísticamente eran quienes mayormente, exigían el cordón sanitario.

Es difícil manejar la balanza para quien debe gobernar con todas las luces puestas en este contexto.

Esta nueva normalidad hace que también el sector que comprende al turismo, que es un alto porcentaje de inversores, miren con expectativa, una apertura para la microregión en breve. Hasta ahora, las experiencias que iniciaron a nivel nacional, fueron satisfactorias.

Hicieron lo que debieron, no dejaron ingresar a quienes no cumplían los requisitos o bien no obtuvieron el permiso especial para turismo de cercanía. Paseos y restaurantes pudieron tener un movimiento importante y esos destinos, sus economías internas, reaccionaron favorablemente. El claro ejemplo fue en Neuquén, acá nomás.

Coincidieron en esos sitios que la idea clara es ir de menor a mayor, para dar pasos firmes. Un dato alentador, no tuvieron nuevos contagios, eso fue auspicioso, aunque no siempre puede darse así en todos lados.

Con estas expectativas espera Las Grutas para septiembre u octubre y luego soñar con el verano a que mejoren las condiciones.

Pero con una temporada productiva sueñan todos los destinos turísticos. Absolutamente todos saldrán a competir en precios y facilidades, para atraer a los potenciales turistas.

De todos modos, para que sea exitosa Las Grutas, lo fundamental será generar confianza.

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