Editorial: haz lo que yo digo, no lo que yo voto





El cierre del Correo Argentino, su sucursal en Las Grutas, encendió las alarmas de la población de la villa turística.
Justamente era un emblema incluso, de sueños de emancipación, ya que esta sucursal le había dado en 1998 su número de estafeta postal diferente al de San Antonio Oeste.
Los más veteranos recuerdan la lucha por obtener esa sucursal y a su vez fue un servicio esencial que permitió que mucha gente se ahorrara trámites en San Antonio Oeste.
Lo mismo sucedió con otras oficinas públicas que fueron apareciendo en el balneario, algunas aún continúan.
El Correo Argentino va camino a la privatización. En esta oportunidad no serán los Macri lo que buscan adquirirlo, sino el hombre más rico de Argentina, Marcos Galperín, el dueño de Mercado Libre.
Galperín no solo es defensor de Milei, sino un aliado en el pro-mercado libertario y busca tener “una parroquia en cada pueblo”. El correo nacional se lo brindará. Solo deberá mover algunos millones de su cuenta a la del Banco Central una vez promulgada la Ley de Bases.
Aquí no importa la gente, está visto que solo son un número en la planilla Excel del gobierno. Tampoco les importa a los representantes locales y provinciales libertarios y sus aliados. Solo son un paso más para celebrar los anuncios de superávits y mantener estable a la macroeconomía pagando asiduamente a los acreedores.
Los vecinos de Las Grutas, más allá del servicio, se preocupan por esos laburantes que van a quedar en el camino, como tantos otros. Ellos son parte de la familia grutense.
La política en este aspecto tiene esos bemoles, por un lado la mayoría apoya la Ley de Bases, por el otro de manera demagógica se preocupan por el cierre de las oficinas y hasta se rasgan las vestiduras.
La política nunca cambia, sigue siendo igual, con quien esté arriba, por más “espejitos de colores” que nos vendan, como el gobierno que ahora tenemos en ciernes.
A cinco meses de iniciado el proceso del supuesto plan económico que se implementa, la población ya empieza a mostrar hastío.
Esta semana volverán a incrementarse los precios en las góndolas, pero por otro lado mostrarán un indicie inflacionario ficticio probablemente con menos de 10 puntos.
En el ejido que comprende San Antonio Oeste se encuentra en un escenario que venía siendo previsible. Lo advirtió el intendente Adrián Casadei en una reunión de gabinete y luego lo mencionó en los medios: se vienen meses complejos y de más enfado con la política.
Fue cuando previno a sus funcionarios que deberán afrontar situaciones contrarias en este aspecto. Todo se empieza a manifestar de esa manera.
Caída en los ingresos coparticipables, en la recaudación. Recesión económica que afecta a la empresa ALPAT. La pesca con un golfo exiguo de recursos. Concluye la temporada portuaria. El turismo que “desapareció” de Las Grutas. La obra pública escasa y la privada con índices “por el piso”.
Todos estos principales motores de la economía primaria local, están con luces rojas. Esta es la circunstancia que debe poner en alerta a los representantes de la política. Un sector trabaja en la misma, principalmente del oficialismo reúne a instituciones y representantes legislativos para encontrar un camino con potenciales soluciones.
Deberían ser todos. Lamentablemente varios están preocupados por empezar a resolver su futuro, en vez de resolver la necesidad de los ciudadanos.

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