Ahora todos miran a febrero, tras el complicado mes inicial del año. Las bajas capturas hacen que las empresas empiecen a elaborar un plan de traer probablemente, el producto de otras localidades para mantener el proceso.
“No solo el Covid nos complicó, porque hubo mucho personal contagiado, pero también estamos pasando por el problema de no tener un producto continuamente, porque los barcos ingresan por allí con cien cajones y otras mil” señaló Juan Ortíz.
Asimismo, el gremialista del STIA que agrupa a los trabajadores industriales mencionó “uno entiende a las empresas, es importante el gasto que hacen, poner en marcha un barco con mil litros de gasoil inicial por salida es un costo alto, pero lógicamente no todos salen a buscar la merluza, llegan a ciertos puntos de navegación y regresan con lo que obtienen”.
Dijo además que un trabajo mínimo de ocho horas da rentabilidad mínima a una industria “no es lo mismo trabajar con dos o tres turnos, pero al menos se elabora, complicado será que solo empiecen a abonar solo el garantizado, por eso están viendo la posibilidad de traer pescado desde otros lugares, pero el flete es lo costoso”.
El sector artesanal tampoco la pasa muy bien, los números de las capturas son cada vez menores.
En dialogo con tres integrantes de la pesca artesanal, coincidieron que la situación se torna cada vez más complicada “son muy pocos los días que pudimos salir y son escasos la cantidad de cajones que podemos llenar” también señalaron que se debería denunciar que los buques pesqueros no respetan la medida de la merluza “muchos traen carioca y con eso suman en cantidad”.
El sector artesanal, el que no tiene un garantizado, es el que más complicaciones tiene para movilizar el dinero.
También el sector pesquero comenta del problema de la economía con el combustible como tema principal. A veces las largas salidas no son frecuentes por el gasto que conlleva, esto atraviesa a todos los que componen la producción pesquera.