La sociedad sanantoniense fue sacudida hasta lo más profundo el 23 de febrero de 2018 con la trágica muerte de Nico Gutierre en el predio del ex Club Racing. Un acontecimiento que dejó cicatrices imborrables y una lección dolorosa sobre la importancia de la supervisión y el cumplimiento de las normativas en lugares de esparcimiento y recreación. La omisión en la verificación de las instalaciones, tal como lo detalla el expediente judicial, fue un factor crucial en esta lamentable pérdida de vida.
La sentencia que condenó tanto al presidente como al permisionario de la cancha, y también al funcionario a cargo de la inspección de comercios, resalta la urgente necesidad de asumir responsabilidades y de actuar conforme a las directrices establecidas por las ordenanzas municipales. El funcionario en cuestión tenía el deber y la autoridad de inspeccionar las instalaciones y, si fuera necesario, tomar medidas como la clausura, de acuerdo con las disposiciones legales. Sin embargo, esta responsabilidad no se cumplió, y el resultado fue la trágica pérdida de un adolescente.
San Antonio Oeste, más que un pueblo, es una ciudad con sus propios cánones y regulaciones que deben ser respetados en su totalidad. La muerte de este joven de 17 años es un recordatorio doloroso de las consecuencias del «amiguismo» y la permisividad en detrimento del cumplimiento de las reglas establecidas. No se puede permitir que el «somos de acá» o la influencia política socaven la seguridad y el bienestar de la comunidad.
Es alarmante cómo, a pesar de los años transcurridos desde aquel fatídico incidente, no se ha aprendido la lección. La condena pública, como se ha visto recientemente en las redes sociales hacia el accionar del subsecretario Mario Hernández, demuestra que gran parte de la comunidad no entendió y se olvidó de lo acontecido.
Debe suceder todo lo contrario, exigir responsabilidad y acción firme de parte de quienes tienen la autoridad para garantizar el cumplimiento de las normas.
Es imperativo entender que, al aceptar un cargo público, se asume el compromiso de actuar en concordancia con los criterios y pautas establecidos por las ordenanzas y regulaciones vigentes. Los ciudadanos tienen derecho a exigir que sus funcionarios se conduzcan con integridad y responsabilidad en beneficio de la comunidad en su conjunto.
La indignación y el enojo pueden ser comprensibles, pero la única manera de evitar que el municipio y la comunidad en su totalidad paguen las consecuencias es asegurarse de que nunca más se antepongan los intereses personales o políticos al cumplimiento de las reglas. El trágico fallecimiento de Nico Gutierre debe convertirse en un recordatorio constante de que la negligencia y la falta de cumplimiento de las normativas pueden tener repercusiones devastadoras.
Es hora de un cambio de paradigma, donde la seguridad y el bienestar de la comunidad sean la máxima prioridad. Solo a través del cumplimiento estricto de las normas y regulaciones se podrá evitar que tragedias como esta vuelvan a ocurrir y se garantice un entorno seguro y justo para todos.
Campaña al hombro
En un contexto político marcado por las ansias ciudadanas de participación en las elecciones presidenciales, la estrategia del candidato de JSRN se torna desafiante. En medio de la posibilidad de que los votantes opten por no cortar boleta, Alberto Weretilneck ha asumido un papel protagonista en la campaña.
El recién electo gobernador sabe de la importancia de mantener la presencia de su partido en la cámara baja. Con dos diputados en el juego, esta presencia se convierte en una moneda de negociación política valiosa en los tratos con el gobierno en turno. Weretilneck, actualmente desempeña un papel clave para el equilibrio en la cámara alta.
Recientemente, el líder político acompañó a varios intendentes, incluido Adrián Casadei, en una serie de gestiones ante los ministros. El objetivo: asegurar que no se detenga la ejecución de proyectos de obra pública, entre ellos la terminal en San Antonio Oeste. Era parte de la estrategia política.
Sin embargo, algo inesperado sucedió en medio de estos avances, dejando interrogantes en el aire y decidió no dar quórum en el senado.
Charlas informales y llamados telefónicos no fueron suficientes para cambiar la firme posición de Weretilneck, quien reiteró en medios locales su decisión de no intervenir políticamente en el senado antes de las próximas PASO.
Desde el ámbito nacional, se sostiene que aún existen oportunidades para continuar negociando. Sin embargo, la verdadera incertidumbre radicaría, entre otras, en la necesidad concretar las obras, cuya importancia trasciende la esfera política. La inminencia del resultado electoral del próximo domingo agrega una dosis adicional de tensión a esta ecuación y queda claro que Weretilneck es una pieza fundamental en el tablero político de la región. (Carlos Aguilar, editor)