Marcelo Martínez, actual presidente del barrio Esperanza y reconocido comerciante de esa zona, habló sobre la realidad que atraviesan los vecinos del sector y los principales desafíos que enfrenta la nueva comisión vecinal.
En un repaso por los problemas más urgentes, Martínez señaló que las prioridades están claras: “El desafío número uno son las cloacas. Segundo, las inundaciones, que dos por tres cuando llueve tenemos ese gran problema”.
El dirigente barrial explicó que estos temas, junto con la falta de luminarias y el mantenimiento de calles, conforman un cuadro que requiere un trabajo articulado entre los vecinos y el municipio. “Tenemos también el tema de las luminarias, las calles varias y otras cosas que necesitamos resolver. Por ejemplo, el tema de la seguridad, que si bien gracias a Dios no tenemos tanto vandalismo, hay que estar atentos, tomar todas las precauciones habidas y por haber”, afirmó.
Martínez reconoció que, pese a la magnitud de las demandas, la comunidad mantiene una actitud positiva y colaborativa. “El desafío más grande, lo que nos influye tremendamente, es el tema de las cloacas. Lamentablemente no las vamos a tener rápidamente en este momento, pero sí tenemos la decisión política de hacer el ramal principal, el troncal, que es lo que va a definir la otra parte”, indicó, destacando que esa obra permitirá avanzar con las conexiones domiciliarias en el futuro.
Además, el presidente del barrio mencionó otras tareas pendientes vinculadas a la infraestructura urbana: “Después tenemos el tema de la vegetación, las veredas, cordones cuneta… hay varias cosas que mejorar”. En ese sentido, sostuvo que el barrio viene de una etapa de poca actividad, aunque con un clima de convivencia tranquilo. “No hubo una actividad como tendría que haber sido, pero en definitiva estuvo muy tranquila, digamos”, expresó.
Finalmente, Martínez subrayó el compromiso de la comisión en trabajar junto a las autoridades municipales para lograr avances concretos. “Estamos confiando y nos aferramos a Dios. Queremos colaborar en conjunto con la municipalidad, con el intendente y todos sus funcionarios, para que podamos ser el nexo justo entre los vecinos y el municipio”, concluyó.
El barrio Esperanza, ubicado en el sector sur-oeste de San Antonio, es una de las zonas que ha crecido con fuerza en los últimos años. Sin embargo, como sucede en otros puntos periféricos de la ciudad, el desarrollo urbano avanza más rápido que los servicios básicos, por lo que la gestión comunitaria y el trabajo conjunto con el Estado aparecen como claves para mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
