Una vez más de tantas, el gobierno de Alberto Weretilneck y de su delegada, Arabela Carreras, han dado muestras de que en Sierra Grande sólo saben hacer promesas para después no cumplirlas.
En este caso es la construcción de la planta del llamado Hidrógeno verde, convenientemente anunciada (con bombos y platillos) en la campaña electoral de 2021 y faltando 13 días para las elecciones parlamentarias intermedias.
Carreras, en aquel entonces, explicó que la inversión era “cercana a los 8.000 millones de dólares y la posibilidad de generar unos 15.000 puestos de trabajo directos”, lo que –de por sí- este último dato no es más que una exageración.
Nos entramos hoy –como anticipé en varias oportunidades durante la última campaña provincial- que el proyecto estaba en duda, que el gobierno provincial debía dar precisiones sobre su continuidad y de qué había de cierto con la posibilidad de que la inversión se hiciera en Chubut. El silencio –como ahora- fue absoluto.
Más allá de que no hay una ley nacional ni un país que le garantice a la empresa australiana el acceso a un dólar competitivo, la eximición de impuestos para el desarrollo del parque eólico y estabilidad fiscal por 30 años, sólo un inversor delirante arriesgaría semejante fortuna en un país tan volátil como la Argentina.
De nuevo, los habitantes de Sierra Grande –en especial los jóvenes- deben atravesar la frustración a sus expectativas de volver a ver progresar a su ciudad. Dejó de producir la mina de hierro, los mismos que aprobaron la construcción de un oleoducto (que también pongo en duda) frenaron la construcción de la planta de energía nuclear y la de una cárcel.
Ni siquiera son capaces de concluir la terminal de ómnibus o garantizar el suministro de agua.
La planta de Hidrógeno verde, tendría ya una nueva localización, esta vez en tierras cariocas: Ceará, en el noreste brasileño, cercano al puerto de Fortaleza y donde accederían a la energía eólica a un precio diferencial.
El gobierno de Weretilneck, Carreras y sus representantes en Sierra Grande, junto a sus nuevos socios de La Cámpora, hicieron posible de que nada sea posible en esa castigada ciudad, olvidada por las autoridades provinciales, aunque para unos muy pocos parece ser una fuente inagotable de recursos económicos.
Como una broma de mal gusto hacia todos los serranos, el gobierno organizó para el jueves y viernes que vienen, en el lujoso hotel Llao-Llao de Bariloche, el Foro Global de Hidrógeno Verde, con un fabuloso gasto de dinero, en vez de ocuparse de ir a golpear las puertas de diputados nacionales y ministros para evitar la fuga de la inversión.
Fernando Frugoni
Legislador Provincial (electo)
Circuito Atlántico