Se ha dado inicio a la elaboración de un plan de manejo integral para esta actividad en la provincia. El objetivo es regular y potenciar los embarques, estableciendo pautas de conservación, aspectos sociales y de turismo que promuevan el desarrollo sustentable del producto.
El proyecto, financiado por el Consejo Federal de Inversiones (CFI), ha recopilado información desde 2014, y ahora se encuentra en su etapa final para la elaboración del plan, que se espera esté listo en febrero. La bióloga marina Magdalena Arias, una de las profesionales a cargo del proyecto, explicó que las excursiones de avistaje se han realizado de manera experimental hasta ahora, bajo la ley provincial 4066 que declara a la ballena como monumento natural. Sin embargo, se busca dar un paso más y establecer un marco integral que incluya objetivos de conservación, sociales y turísticos.
Una vez finalizado el plan de manejo, este deberá ser aprobado por la autoridad de aplicación, que en este caso es la Secretaría de Ambiente de la Provincia, y posteriormente requerirá un decreto del gobernador para su implementación.
Los datos recopilados hasta el momento han permitido determinar el comportamiento de las ballenas francas que visitan la zona cada año, incluyendo su distribución, uso del hábitat y tendencia poblacional. También se han analizado aspectos relacionados con la experiencia de los turistas que realizan los paseos.
Según Guadalupe Sarti, licenciada en turismo involucrada en el proyecto, las encuestas realizadas a los turistas indican que valoran la cercanía que se logra al contemplar a los animales durante los paseos en botes semirrígidos. Además, se destaca la posibilidad de avistar otras especies marinas como delfines, lobos marinos, pingüinos y avifauna.
La llegada de las ballenas a la zona para reproducirse se concentra entre fines de julio y finales de octubre. La cantidad de ejemplares ha aumentado gracias a las medidas de conservación, aunque todavía se encuentra lejos de los 60,000 ejemplares que históricamente habitaban la bahía de San Antonio. Actualmente, la cifra de ballenas que visitan la zona es de aproximadamente 6,000, según el biólogo Raúl González, también involucrado en el proyecto.
Las ballenas suelen avistarse en la costa noroeste del Golfo, específicamente en el área que se extiende desde el Puerto San Antonio Este hasta Caleta de los Loros, informó Magdalena Arias.
El éxito de estos avistajes y la abundancia de ejemplares abren la posibilidad de expandir los sitios de embarque en el futuro. Sin embargo, se plantea la viabilidad económica de trasladar a los turistas a otras zonas, como el Camino de la Costa que une San Antonio Este con Viedma. A pesar de ello, los especialistas consideran que el número de cetáceos seguirá creciendo, lo que podría impulsar el desarrollo de nuevos puntos de embarque.
El aumento en la llegada de madres con cría durante el último año es otro dato alentador que genera expectativas sobre el futuro de las excursiones. Estas ballenas permanecen más tiempo en la zona debido a su cuidado de las crías, lo que facilita el avistamiento durante los paseos.
En conclusión, se espera que el plan de manejo integral para los paseos de avistaje embarcado esté listo en febrero, luego de once años de la actividad experimental. Este plan buscará regular y potenciar los embarques, estableciendo objetivos de conservación, sociales y turísticos. La información recopilada hasta el momento ha permitido comprender mejor el comportamiento de las ballenas francas que visitan la zona, y se espera que la cantidad de ejemplares siga aumentando en el futuro.
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