La Universidad Nacional de Río Negro (UNRN) investigará el impacto que provocará el cambio del nivel del mar en los acantilados de Las Grutas y en las playas de la localidad rionegrina de San Antonio Oeste, mediante el procesamiento de imágenes satelitales logradas con la técnica de interferometría SAR (InSAR).
Los resultados de la investigación, que estará a cargo del geólogo Alberto Caselli, posibilitarán la toma de decisiones con sustento científico para planificar el uso del suelo y el diseño de infraestructura que mitigue el impacto ambiental, en esa región de Río Negro.
«A causa del cambio climático se concretaron estudios que plantean que hacia fines de siglo en distintas costas habrá un ascenso del nivel del mar», dijo el profesional.
Caselli dijo que se analizará lo que pasa sobre los acantilados de Las Grutas y también lo que sucede sobre la localidad de San Antonio que «está localizada sobre una bahía con costa baja», aclaró.
Explicó que son dos situaciones totalmente distintas y precisó que «en el caso de San Antonio se va conseguir un modelado digital de elevación a partir de utilizar un dron que realice fotometría para obtener detalles del terreno y, a partir de esa información, veremos el impacto del cambio del nivel del mar».
Añadió que «vamos a utilizar técnica de radar, para ver si de alguna manera se puede monitorear ese efecto».
En el caso de los acantilados, el ascenso del nivel del mar posiblemente genera un desgaste distinto y allí se podría registrar una mayor erosión lo que implica un mayor retroceso de las barrancas.
«Vamos a modelar matemáticamente ese retroceso», apuntó y aclaró que el estudiante Gerardo Bario se encuentra realizando una tesis con el mismo trabajo en la costa marítima del balneario el Cóndor de Viedma hasta la zona de Bahía Creek.
«Él detectó que la ola marca con molduras el acantilado, a muy pocos centímetros de un nivel de arcilla, que es una trasgresión marina registrada dentro de la pared del acantilado», dijo Caselli.
Puntualizó que «si asciende el nivel del mar, es muy probable que el desgaste sea mucho mayor y que el retroceso del acantilado también sea mucho mayor a partir del efecto de cambio climático».
El mismo trabajo se realizará en Las Grutas con otras tecnologías. «Allí el estudio hay que hacerlo desde cero, analizar la parte más geotécnica del acantilado para ver cómo es la estabilidad y entender la dinámica costera», señaló.
La investigación se realizó a lo largo de un año con un primer viaje al campo, para que luego en un segundo viaje se sumara al equipo el ingeniero en minas de la Universidad Politécnica de Madrid, Carlos Paredes.
El novedoso método de monitoreo de la deformación costera es el eje central del proyecto «Utilización de nuevas tecnologías para el modelado y relevamiento de la región costera de San Antonio Oeste, aplicadas al ordenamiento territorial» que fue seleccionado en la convocatoria federal «Proyectos Federales de Innovación 2021», del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación.
«En este último año vimos muchos proyectos con muy buen financiamiento, vinculados a cuestiones del ambiente y productivas, algo que me parecen excelente, lo mismo que el surgimiento del proyecto Pampa Azul, algo tan importante para Argentina».
Finalmente contó que la propuesta del estudio en San Antonio Oeste surgió por parte del municipio como una necesidad.
«Esto sirve para saber cuáles son las zonas que van a estar más afectadas con el tiempo, ya sea para el ordenamiento territorial como para las medidas de mitigación de sectores que son más susceptibles a las amenazas geológicas», afirmó el científico.
La intención también es la de generar un mapa de zonas susceptibles al retroceso de los acantilados o de las zonas de inundación.
«Incluso sirve para analizar la inducción del agua hacia el continente», manifestó.
Desde el punto de vista geotécnico, «vamos a analizar lo que puede pasar con las construcciones de San Antonio Oeste, porque las condiciones del suelo cambian con el agua que se introduce en los acuíferos», concluyó.