A través del Centro de Jubilados y Pensionados de San Antonio Oeste, se refleja la realidad que están atravesando los adultos mayores con respecto a la pandemia y como se vieron afectadas sus actividades sociales.
El presidente del centro de jubilados y pensionados de San Antonio Oeste, Agustín Bonillo indicó a este medio “En nuestro centro tenemos una atención limitada y abriendo solo con la colaboración de una persona joven que pueda atender de 10:00 hs a 12:00 hs y 17:30 hs a 19:00 hs, nosotros no podemos asistir por prevención y no está autorizado para abrir”.
“Las consecuencias de la pandemia han sido traumáticas, se cortaron todas las actividades y los servicios esenciales que brinda el centro, es decir, pedicuría, enfermería, reflexología, masoterapia, todo se perdió, esto incluye las actividades físicas yoga, gimnasia adaptada, folclore, salsa, bachata, newcom, tejo, todo se suspendió desde el 20 de marzo del 2020 hasta la fecha” comentó.
“Lo peor fue que no pudieron seguir funcionando los salones de eventos y a los socios no le pudimos seguir cobrando la cuota de $100 por no ofrecer servicios, dejamos de tener ingresos. Lo único que siguió sin modificaciones son los servicios de agua, luz y gas que tenemos que seguir pagando, para esto no hubo subsidio alguno, nos organizamos y usamos las reservas que eran para inversiones, se destinó para solventar los servicios como prioridad. Y una vez cada tres meses el centro recibió un subsidio de $15.000 del PAMI, ese fue el único ingresó, nuestro objetivo solo fue tener las cuentas al día” señaló el titular de la institución.
“Al intentar implementar la virtualidad notamos un gran rechazo por los adultos mayores, les cuesta más adaptarse a la nueva modalidad para acceder a los talleres, pero más de la actividad misma eran espacios de encuentro, participación y contención, los talleres se perdieron lo único que se recuperó fue el newcom a través del club sportivo ferrocarril y la profesora Silvana Acuña que nos asignaron, nos recibieron muy bien y nos dieron un espacio y desde el municipio no había espacios y profesores para volver con la actividad. Para nuestros objetivos qué es encontrarnos, participar y estar en movimiento nos sirve” agregó “los adultos mayores están demandando contención, participar, estar con otras personas, pero al ofrecerles talleres virtuales se les dificulta participar.”
“El centro de jubilados tiene registrados 1972 socios aproximadamente, algunos se van y otros se suman, es un grupo grande. Y desde ningún organismo se han acercado para pedir el registro o ver cuáles eran las realidades de algunos adultos mayores, para brindar una mejor asistencia. Estamos hablando de ayudar para hacer una videollamada hasta asistir económicamente, sufrimos la cuarentena desde el primer momento que nos dijeron se tienen que quedar encerrados y arreglarse como puedan, para el sector de jubilados no hubo una buena administración de recursos por parte del estado, vimos desde afuera los subsidios llegar a otros sectores. Por dar un ejemplo de nuestro padrón, un 10% necesitaba ayuda económica, cerca de 100 personas, la asistencia para los mandados un 5% y el resto estar comunicados para contener, no teníamos presupuesto y recurso, se nos complicó” manifestó Bonillo.
“De a poco vamos a ir volviendo con una atención reducida de horarios con gente joven y por el aporte de los socios. Y con respecto al bolsón alimentario de PAMI, dejamos de entregarlo, el mecanismo cambió al dar un mínimo aporte del valor de la canasta para que ingrese al sueldo del beneficiario cada tres meses y por medio de ANSES en un convenio entre ambos organismos. En un inicio llegamos hacer una colecta solidaria para armar y repartir bolsones alimentarios” señaló.
“La otra realidad es que las personas que se tomaban la presión en nuestra enfermería desaparecieron, los diabéticos que se atendían en la cabina de podología también y otras personas que eran asistidas por diferentes motivos, al suspender los servicios no supimos más de algunas personas. Estos temas son los más necesitados y demandados, y todo lo que son actividades o talleres se necesita que sean presencial” dijo Bonillo.
“Ser un sector postergado, faltó planificación e iniciativa, los recursos por parte del estado se notaba que había, la información con el padrón estaba disponible y se tendría que haber tejido entre las distintas oficinas de los organismos, con un poco de criterio y sentido común, la mejor asistencia posible a los adultos mayores. Al sector pasivo se lo pudo haber asistido de una mejor manera, pero solo se les dijo no pueden salir y arréglense, se subsistió como cada uno podía, el estado pudo haber sido más eficiente” añadió además “el centro de jubilados puede ser una herramienta muy positiva, los talleres no tienen un costo para nada caro y el espacio físico está disponible, una vez que no corramos riesgo y superada esta situación tan traumática podremos volver con nuestras actividades” concluyó.