El emprendedor turístico Agustín Sánchez, responsable de Rupestre Experiencia Patagónica, aseguró que la actual temporada de avistaje de ballenas francas australes en el Golfo San Matías atraviesa “uno de sus mejores momentos” en cuanto a cantidad de ejemplares y experiencias vividas por los visitantes.
Sánchez comentó las particularidades del trabajo diario en el avistaje, destacando que la actividad comenzó a principios de julio y se extenderá hasta fines de octubre. “Siempre decimos que la segunda quincena de agosto y la primera de septiembre es el mejor momento por la gran cantidad de animales”, indicó, señalando que este año se han visto ballenas incluso frente al parador La Conchilla, en Villarino y hasta en Punta Perdices.
El operador explicó que, aunque es difícil establecer un número exacto de ejemplares, estimaciones de biólogos mencionan alrededor de 200 ballenas en la región durante el pico de la temporada. “En cada navegación, en un sector reducido de la bahía o del golfo, estamos observando más de 20 ballenas. Eso habla de lo excepcional que está este año”, agregó.
Sánchez resaltó que el avistaje depende de las condiciones climáticas y que su empresa familiar mantiene el compromiso de salir incluso con pocos pasajeros. “Si el clima lo permite, navegamos, aunque sea con una sola persona. Es una cuestión de respeto hacia quien hizo el esfuerzo de llegar”, expresó.
El público que participa de la experiencia es variado, con visitantes de diferentes provincias y también del extranjero. “Recibimos gente del Valle, de Neuquén, de Santa Fe, Rosario, Chaco y otros puntos del país. El boca a boca sigue siendo lo que más nos ayuda a crecer”, comentó.
Además de las salidas para ver ballenas, Rupestre Experiencia Patagónica ofrece un espacio de refugio para los visitantes, donde pueden disfrutar de un café caliente, pescados y otras propuestas gastronómicas. Sánchez adelantó que, aunque hace tiempo que no realizan salidas de pesca de salmón, están abiertos a organizar excursiones si hay interesados, siempre en horarios matutinos por cuestiones de seguridad.
Sobre el comportamiento de los animales, el operador subrayó que la ballena franca es un ejemplar “muy dócil y sociable”, que en muchos casos se acerca de manera curiosa a las embarcaciones. “No siempre encontramos a la ballena ‘buena onda’, pero incluso en días en que están más distantes, la experiencia sigue siendo única”, aseguró.
Finalmente, Sánchez invitó a los vecinos de San Antonio a sumarse a las salidas, recordando que, si bien no cuentan con una tarifa diferencial, siempre buscan la manera de que los residentes puedan vivir la experiencia. “Queremos que conozcan lo que tenemos para poder transmitirlo a los visitantes”, concluyó.
