El crecimiento de la pesca del langostino trajo consigo un desafío ambiental para la zona de San Antonio Oeste. El manejo de los desperdicio de la especie una vez que ésta pasa por la industria.
“Debemos admitir que nos superó este tema, no esperábamos que se quintuplicaran las capturas en el 2016, ni que en los primeros tres meses del 2017 se pescara más que en todo el año pasado. Por eso, las formas que se tenían para manejar los residuos fueron superadas en su capacidad”, explicó Bridi.
“El aumento en la pesca terminó provocando que se tiraran residuos al aire libre fuera del sistema de manejo que estaba previsto por el Municipio local, causando problemas al balneario Las Grutas, que con justa razón reclamaron”, agregó.
Desde fines del año pasado y principio de este, el MAGyP trabajó con el Municipio de San Antonio para buscar una solución que finalmente llegó en mayo, cuando se consiguió el lugar donde realizar cavas para enterrar los residuos alejados de la población y con el tratamiento adecuado.
En estos trabajos el Gobierno invirtió 700 mil pesos para acondicionar el lugar, realizar el desmote y, construir dos cavas junto a un camino de dos kilómetros para llegar al lugar.
Esto logró aliviar la situación pero con un industria que se encuentra en crecimiento, también se estableció, a través de un acuerdo, que las empresas se harán cargo de la construcción de las cavas que se necesiten en el futuro.