Yo no conozco tu cara. Solamente tu logo cuando llegan puntuales las facturas. Pero me gustaría decirte algunas cosas.
- Tu servicio es malísimo. Por cualquier circunstancia climática (y a veces por ninguna) tu servicio se interrumpe y en la mayoría de las veces sin previo aviso.
- No tenés más oficinas que atiendan en forma personal, dejando a los pobres usuarios que no son duchos en utilizar la tecnología, como por ejemplo los vecinos de la zona rural, prácticamente a la deriva.
- Tus facturas son incomprensibles y siempre llegan, si llegan, después del primer v en cimiento.
- Los bajones de tensión son recurrentes provocando la rotura de todo tipo de electrodomésticos.
- Para ser resarcido hay que hacer todo tipo de trámites cada vez más engorrosos y donde el cliente nunca tiene la razón.
- Si pagan los daños ocasionados es a las perdidas y el monto siempre es inferior al daño producido.
- Nunca se ven las inversiones para mejorar el servicio donde solo las grandes ciudades son las más beneficiadas porque de acuerdo a la cantidad de usuarios se hace cargo la empresa o la provincia.
- La falta de suministro, por ejemplo en la región sur, impide la radicación de empresas y siempre hay excusas: que el viento, que la humedad, que los pájaros, que la red es vieja, alguna con más de cuarenta años.
- Los apagones muchas veces duran varias horas y en un mundo que depende de los medios electrónicos se perjudica a comercios, oficinas, empresas y casas de familia.
- Los aumentos en las tarifas no van acorde con la capacidad de pago de los usuarios y siempre por arriba del aumento de los salarios.
- Y la pregunta de rigor: ¿Por cuántos años la provincia te ha otorgado la concesión?
EDERSA: ¿HASTA CUANDO ABUSARÁS DE NUESTRA PACIENCIA?
Jorge Castañeda (Escritor – Valcheta)