Los festejos de fin de año en el ejido sanantoniense estuvieron marcados por una polémica debido al uso indiscriminado de pirotecnia, a pesar de las normativas que prohíben esta práctica.
Por ejemplo en Las Grutas, los puntos más intensos fueron en los barrios dónde se concentraba el turismo, además de la costanera, la tercera bajada y diversas playas donde paradores, restaurantes y la propia comisión organizadora de eventos, con apoyo municipal, llevaron adelante celebraciones dónde justamente en la misma, una niña fue alcanzada por un petardo.
Las llamas del artefacto alcanzaron la manta que la cubría, esto hizo que la propia niña y familiares entraran en pánico y la trasladaron al hospital. Por fortuna solo fue un susto.
Por su parte, vecinos comprometidos con el cumplimiento de las normativas realizaron varios llamados al 911 denunciando la situación. Sin embargo, según relataron, la respuesta de las autoridades fue limitada. Desde el municipio se había anunciado previamente un refuerzo en las tareas de prevención, pero el impacto de las medidas fue escaso, ya que los fuegos artificiales se hicieron presentes incluso en barrios residenciales, como Playa Serena.
La Ley Provincial N° 5761, sancionada recientemente, prohíbe en todo Río Negro la comercialización, venta y uso de elementos de pirotecnia de estruendo, permitiendo solo aquellos de carácter lumínico. No obstante, el incumplimiento de esta normativa evidenció una falta de control y de compromiso por parte de las autoridades locales.
Proteccionistas y organizaciones locales alzaron la voz ante lo sucedido, destacando los efectos negativos de la pirotecnia en animales y en personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA), quienes suelen ser los más afectados por los ruidos estruendosos. También señalaron la ausencia de un verdadero interés en la protección de estos grupos vulnerables.
Aunque la normativa busca reducir el impacto sonoro y mitigar riesgos asociados a incendios y accidentes, el desafío principal radica en controlar el acceso a pirotecnia adquirida a través de canales digitales. A medida que la venta por internet crece, la fiscalización efectiva de estas compras se convierte en un punto crítico para garantizar el cumplimiento de la ley.
La controversia generada en Las Grutas pone en evidencia la necesidad de reforzar los controles y fomentar una mayor conciencia social respecto a los perjuicios que provoca el uso de pirotecnia, abriendo un debate sobre cómo garantizar que las futuras celebraciones se desarrollen en armonía con las normativas vigentes y con respeto por el bienestar de todos.
