La comunidad de Las Grutas recibió con sorpresa la noticia de las renuncias de varios integrantes de la Cooperadora del Hospital local, una institución que desde 2013 venía trabajando de manera voluntaria en el fortalecimiento del centro de salud, comprando equipamiento, organizando actividades solidarias y aportando recursos para mejorar las condiciones de trabajo del personal médico y la atención a los pacientes.
En diálogo con este medio, Alicia Calendino, secretaria de la Cooperadora hasta el momento de su dimisión, explicó los motivos que llevaron a este quiebre institucional.
“Las renuncias son de miembros de la Cooperadora del Hospital, entre ellas Violeta Villalobos. Cuando se observa un fenómeno así, siempre hay que mirar las raíces. Nosotros trabajamos desde 2013 apoyando al hospital, comprando instrumental, cubriendo necesidades que el presupuesto público no alcanzaba a resolver. Siempre lo entendimos como un complemento a la función estatal, no como un reemplazo”, sostuvo Calendino.
Según relató, el origen del conflicto se remonta a la asamblea realizada el 16 de mayo de este año, cuando la Cooperadora solicitó reducir el número de integrantes de 14 a 9, para facilitar la participación activa en las actividades. Personas Jurídicas, el organismo provincial encargado de supervisar a las asociaciones civiles, había avalado inicialmente la propuesta, pero posteriormente la objetó, exigiendo volver a 14 miembros.
“Nos asesoraron de una forma, y después nos dijeron lo contrario. Eso generó idas y vueltas interminables. Llenamos planillas, buscamos socios, tratamos de cumplir con todo lo que pedían, pero cada vez nos cambiaban las condiciones. Fue un desgaste tremendo”, afirmó la dirigente.
Apoyo comunitario y cansancio acumulado
Calendino agradeció el acompañamiento de la comunidad, que durante 13 años respaldó las campañas solidarias. Sin embargo, subrayó el enorme esfuerzo físico y mental que implicó sostener el trabajo de la Cooperadora: “Hemos sobrevivido a momentos muy duros, incluso a la pandemia, siempre cumpliendo con los balances, con los libros de actas y con la transparencia que se exige. Pero llega un punto en que no se puede más. Por eso hablamos de corresponsabilidades: Personas Jurídicas nos empujó a una situación insostenible. Yo renuncié porque este fue mi límite”, explicó.
El 30 de julio, la situación se tensó aún más cuando, tras lograr completar parcialmente la comisión, dos personas se negaron a firmar el acta, lo que dejó al grupo sin el número exigido. “Finalmente nos decían que con 6 personas era suficiente. Ese manoseo nos llevó a decidir que no tenía sentido seguir”, añadió.
Donación final y entrega de documentación
Antes de presentar la renuncia, la Cooperadora decidió transferir los 3 millones de pesos recaudados en sus últimas actividades —entre ellas una pollada solidaria— directamente a la cuenta del hospital. Con esos fondos ya se habían adquirido una batea de limpieza para el área de odontología, una estufa y un teléfono celular para la operadora del centro de salud.
Además, la Cooperadora entregó a la dirección del hospital los cinco libros de actas, el libro de socios, las facturas y todo el material administrativo en resguardo. “El hospital es la institución a la que siempre nos dirigimos, y corresponde que ellos tengan toda la documentación. Nosotros cerramos este ciclo con dignidad”, subrayó Calendino.
“No somos parte de la cultura del descarte”
La exsecretaria fue enfática al rechazar críticas recibidas: “Algunas personas dicen que ya estábamos viejas o cansadas, pero no somos parte de la cultura del descarte. Hemos trabajado con dignidad. La salud pública y la educación pública son pilares de la democracia, y nuestro compromiso siempre fue con toda la comunidad, no con un sector en particular”.
Por último, anticipó que se convocará a una asamblea extraordinaria para renovar autoridades y dar continuidad al trabajo de la Cooperadora. “Deseo lo mejor al grupo que venga, seguramente con otra dinámica y nuevas energías. Pero nosotros ya cumplimos nuestro ciclo”, concluyó.
