Crisis en los pequeños emprendimientos de Río Negro: pérdidas, cierres y falta de apoyo estatal





El sector que agrupa a las Pymes en Río Negro padece desde hace meses las consecuencias de la recesión. Cunde la impaciencia por la falta de señales de reactivación y la indiferencia del Estado.


El presidente de la Federación de Entidades Empresarias de Río Negro (Feern), Walter Sequeira, advirtió que «el momento es muy difícil, con una caída de las ventas del 30%. Y los meses pasan, por ahora sin indicios de que vaya a repuntar».
Para el sector turístico, agregó, es «un desastre» el freno de la economía, que causó «cierres de hoteles y establecimientos en todos los destinos emergentes». Es sabido que Sequeira también conduce la Cámara de Comercio de Las Grutas, donde tiene un hotel y un restaurante.
Aseguró que en Bariloche la situación no es distinta, ya que la ocupación hotelera de la baja temporada no superó el 20%, muy por debajo de años anteriores, lo que causó un grave perjuicio a los prestadores.
Sequeira ilustró el derrumbe de las ventas con un dato contundente: en un mercado de Las Grutas en 2022 se vendían regularmente 120 kilos de pan por día; en 2023, el promedio bajó a 80 kilos y hoy no pasa de 10 o 15 kilos. «Si se cae a ese punto la venta de pan, es difícil encontrar un síntoma más demoledor. La gente ‘come a pura tarjeta de crédito’, en una burbuja que tarde o temprano puede estallar», afirmó.
Otro factor que apuntaron los dirigentes es la escasez de asistencia desde el Estado. Subrayaron, por ejemplo, que las empresas rionegrinas la pasan peor que sus vecinas porque la provincia carece de los beneficios y créditos subsidiados que sí existen en otros distritos.
«A nivel país, las pymes son un 71% del total, y en Bariloche la proporción es similar: hay unas 5.000 habilitaciones comerciales, de las cuales 1.500 son turísticas, 3.000 comercios y unas 500 pequeñas industrias. De ese total, 2.000 son emprendimientos familiares», describió Sequeira.
En diálogo informal con sus pares, Sequeira identificó que la caída de la inflación «al menos frenó el deterioro de los salarios», lo cual, sumado a «una reducción en los precios» por el déficit de ventas, propició «un pequeño repunte, aunque no cuantificable».
Sin embargo, el intercambio periódico que mantienen con delegados de la cámara CAME de todo el país les permitió ratificar que la baja promedio en la facturación fue de un 30% y que esto hizo estragos.
Sequeira agregó que a ese sombrío cuadro se suma el aumento aplicado sobre las tarifas de gas, que rondan el 1.200%, más otro 800% en electricidad. «En Ushuaia presentaron un amparo, en Santa Cruz preparan algo similar, en Jujuy también fueron a la Justicia. Algo hay que hacer porque todas las gestiones ante las autoridades para frenar esto resultaron inútiles hasta ahora. Encima se viene un aumento más en combustibles que dicen será del 20%. Planteamos todo el tiempo que la logística en la Patagonia es más cara y no se puede resistir algo así, pero no nos entienden», expresó.
Insistió en que la crisis es generalizada en todo el país, pero que la Patagonia tiene sus particularidades, como el alto costo de la logística y fletes, impuesto por las grandes distancias. Puntualmente, se quejaron de que en Río Negro las condiciones son todavía más hostiles que en el resto de la región.
Sequeira dijo que siguen con algo de «envidia» la situación de Chubut, donde desde hace unos días el gobierno habilitó una línea de créditos blandos para micropymes. «Es la diferencia de tener banca pública, que en Río Negro no existe», subrayó. La Pampa y Neuquén también tienen políticas de asistencia desde sus bancos provinciales.
El dirigente también refirió que esa diferencia no es menor, porque las empresas del resto de la Patagonia tienen acceso a créditos «con plazo de gracia y tasa subsidiada», que en Río Negro alguna vez viabilizó el Crear, pero que hoy están ausentes.
Sequeira afirmó que lo único equiparable en la provincia que conduce Alberto Weretilneck es una línea anunciada días atrás con financiamiento del CFI, pero para acceder «hay que estar seis meses haciendo papeles, cuando la gente necesita la plata para ayer».
Otra queja tiene que ver con las tarifas eléctricas y el trato difícil con el EPRE. Según Sequeira, desde esa entidad realizaron pedidos por nota para que les concedan 60 días sin cortes de servicio por mora y planes para pagar el 20% de las facturas eléctricas y el resto en cuotas, pero no tuvieron respuesta. «El EPRE debería defender al usuario y no a las empresas, pero vemos que es al revés», se lamentó. (con datos del Diario Río Negro y Económicas Bariloche)

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