Así lo definió la ministra de Turismo Martha Vélez dijo “este fin de semana extra largo tiene que ser una experiencia piloto para que las cosas que salgan mal, se mejoren y se hagan los ajustes necesarios”, consideró, al tiempo que señaló a El Cordillerano que “todo fluye un poco mejor, hay espacios más amplios, más naturaleza por recorrer, más habitaciones para alojar, por lo que no debió haber inconvenientes”.
En otro orden, expuso que el sector privado tenía “mucha expectativa en este fin de semana y esa expectativa se cumplió. Los números son muy alentadores y el termómetro nos marca que los empresarios están muy conformes. De hecho, cuando abrimos la temporada, se sentía la emoción de cada uno, porque han sido meses tremendos, de mucha lucha, incertidumbre y de mucha angustia”.
Finalmente, destacó la firme decisión política del gobierno de Río Negro de mantener la apertura turística tal cual estaba estipulado a partir del 4 de diciembre, ya que para eso se habían preparado los protocolos, los procedimientos y toda la operatoria pensando en la temporada de verano.
Turistas maltratadores
Otro contexto lamentable fue la falta de educación de varios turistas, en este caso lo padecieron los trabajadores municipales “los chicos están para ayudar, cada vez que querían decirles algunos de los turistas, que no se amontonen o mantengan la distancia, a la guardia de la playa, contados casos los insultaban” manifestó Marisol Martínez.
La titular de turismo local expresó que por más que digan que son innecesarias las acciones “la municipalidad no puede dejar de cumplir su rol de asistencia y de llevar adelante los protocolos, no solo las cintas, sino todo lo que conlleva el que la gente respete las medidas”.
También los guardavidas que hacían el trabajo de resguardo de las distancias y solicitaban a los veraneantes que no bajen a la playa en marea alta para no aglomerarse eran insultados “hay turistas que no hacen caso”.
Fiestas en la playa (opinión)
Durante las horas diurnas se pueden ver a los grupos de jóvenes, que se reúnen alrededor de un bafle portátil y comparten las bebidas de las heladeritas: latitas, tragos, botellitas, como también mate o tereré.
Luego se juntan en grupos en la costanera en la noche y cercano a la música de un bar o un boliche. Durante toda la madrugada se los puede observar dando vueltas por distintos puntos haciendo reuniones con festejos.
Los mismos prestadores que por las redes sociales se quejan, son aquellos que les alquilan a los jóvenes los departamentos o casas.
Los mismos prestadores que denuncian a los jóvenes por las mañanas, son los mismos que por la tarde les venden las bebidas en sus paradores y negocios.
Hoy la responsabilidad social pasa por cada uno.
Si hay castigos, deberán ser severos y que tampoco se habilite la noche a los comercios. Es imposible perseguir a uno por uno y muy fácil opinar desde la comodidad. (IH)
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