En una travesía marcada por la adaptación a las circunstancias geopolíticas, el buque Wild Peony se encuentra en ruta hacia Rusia, destino tradicional de la producción frutícola del Alto Valle.
Con 4.584 toneladas de fruta a bordo, la nave de 150 metros de eslora y 22 de manga partió el pasado domingo desde Puerto San Antonio Este, en una travesía que ha captado la atención de la comunidad marítima y comercial.
Lo que hace única esta travesía es el método de transporte de la carga. A diferencia del habitual uso de contenedores, la fruta se transporta en la bodega del barco. Este cambio se debe a la adhesión de las empresas navieras a las sanciones impuestas a Rusia debido al conflicto bélico con Ucrania.
En su actual posición, el Wild Peony navega cerca de Vitória, la capital del estado brasileño de Espírito Santo, aproximadamente a 500 kilómetros al norte de Río de Janeiro. Según información proporcionada por el sitio marinetraffic.com, se espera que haga su primera parada en el puerto de Las Palmas, en las islas Canarias, antes de continuar hacia su destino final.
Rusia ha sido históricamente el principal comprador de la fruta del Alto Valle, especialmente peras, que se exporta a través del puerto rionegrino. El año pasado, el país importó 39.122 toneladas de un total de 97.327, según datos de Patagonia Norte, la empresa que gestiona la terminal marítima en la región.
Se prevé que esta temporada supere en un 20% la del año anterior, cuando se enviaron al mundo 120.089 toneladas de peras y manzanas en un total de 47 barcos. Estas embarcaciones, en su mayoría, hacen escala en el puerto de Santos, Brasil, donde se realiza el transbordo a otros buques de mayor capacidad para su posterior distribución a los diferentes países compradores.
La travesía del Wild Peony no solo destaca por su carga, sino también por ser un ejemplo de cómo la industria se adapta a las complejidades geopolíticas y comerciales para seguir abasteciendo los mercados internacionales.
