Alberto Weretilneck elabora cada paso que da de cara al 2023. Recientemente comenzó el operativo clamor, lo principió el parlamentario Facundo López. Posteriormente aparecieron posteos en las redes sociales de acólitos al senador. La campaña inició.
“Alberto vuelve y será candidato a gobernador” las palabras del legislador viedmense en radios que están ligadas al oficialismo. Esas entrevistas solo se las brindó a medios leales. Luego se llamó a silencio e inmediatamente aparecieron los “videítos” con la consigna “vuelve” y la música homónima de Riki Martin, entre otros.
Regresará al ruedo Weretilneck, con la mega estructura de JSRN, de un margen estará el apoyo asequible del peronismo de “Doñate” y un ala del radicalismo que, si bien no definió ayer en la convención su camino a las contiendas provinciales, postergaron esta decisión antes de fin de año, será en pleno mundial de fútbol.
El “sorismo” no se entrega, formó estrategia, “apoyada” por la justicia federal, la división es notable. La complexión del justicialismo rionegrino seguirá fragmentada hasta el mes de abril. Luego vivirán otra historia de cara a las nacionales.
En lo único que los unió estos últimos días a todo el arco peronista, el cual codo a codo se manifestaron, fue en repudio a lo acontecido con Cristina de Kirchner, pero pasado estos días de estupor, todo regresará a lo mismo.
Por su parte, Aníbal Tortoriello ya es candidato, dejó el mote de “pre” esta semana en General Roca. Habló el diputado y decidió “pegarle” a Doñate, a la UCR y a los que se suman al ala de JSRN llamándolo “camaleones”. Con esto el cipoleño largó su proselitismo.
Los contendientes ya están en la línea de largada. Falta que definan otros, pero las disputas electorales se polarizarán entre los dos ex intendentes de la ciudad de Cipolletti.
JSRN en San Antonio tiene sus reuniones, hay candidatos. Cuando regrese esta semana Adrián Casadei consensuarán una reunión con aquellos que quieran ser, al menos es la idea de algunos que están en la discusión de la mesa chica local.
Los vecinos exigen, de sus posibles candidatos, un compromiso absoluto con su lugar, que se entremezclen con la comunidad, que sean parte activa con ellos.
No solo quieren ser escuchados y que esa palabra se transforme en la obra pública que necesitan. Tomar en cuenta que la carencia sea una transformación efectiva y sólida, que el contrato electoral y social tenga resultados cabales.
Precisamente el contrato social con la comunidad es muy importante. Exige inicialmente que la población en temas inherentes como el medio ambiente, por ejemplo, tome intervención antes de cada decisión y que no sea impuesta solamente por el verticalismo y el acuerdo de cúpulas.
Es lo que ocurrió con la denominada Ley M3308. Hoy muchos ciudadanos se movilizan porque no fueron siquiera consultados. Se deroga una norma que hace 25 años fue motivo de lucha, no solo de aquella clase política, sino de gran parte de la sociedad.
Siempre hay mecanismos previos, como la consulta popular, asambleas, debates en audiencias públicas. Pero el oficialismo al tener los votos no necesitó preguntar.
El o la candidata local del oficialismo, en estas próximas elecciones, va a tener que cargar con esta situación, con los planteos y recriminaciones de una parte de la sociedad que continuará exigiendo explicaciones.