Río Negro vive su semana bisagra. El gobierno de JSRN trata de que no haya un quiebre con los sindicatos. A principios de semana, la gobernadora Carreras, se metió de lleno en la discusión, brindando opiniones que determinaron el incremento del conflicto.
El otro error fue la conciliación obligatoria, a destiempo, sumado a la mala liquidación en Salud y los descuentos a los docentes, hicieron un combo para que los gremios, soliviantados inicien una escalada de protestas, paros y movilizaciones.
La gestión de Arabela pasa su peor semana política, con ministros que no aparecieron a la hora de apoyar, con legisladores que miran absortos como de otra vereda ante la situación, solo algunos salieron apoyar a la mandataria.
Muchas malas noticias aparecieron en el celular de la gobernadora, uno de ellos fue que Río Negro es la única provincia del país que tiene un saldo negativo en el primer trimestre del año, si uno compara al mismo período del año anterior, en la inversión real directa emitida por Nación.
Si uno compara con el resto de las provincias, es observar que la provincia percibió $1.691,8 millones, un 2,3% menor y si comparamos con Chubut, que sale de un proceso complejo económico, redondeó sus cuentas y superó ampliamente su saldo positivo.
Es problemático tener un saldo negativo en las transferencias corrientes y de capital destinadas a provincias y municipios. Lo sabe el ministro Vaisberg y los intendentes que son aquellos que perciben el dinero.
Se quiere decir con esto que el problema financiero de Río Negro es complicado. No tienen más dinero para ofrecer, a pesar de haber tenido una buena recaudación, el proceso inflacionario tritura lentamente cualquier superávit que tengan las arcas.
El gasto público es enorme, las premisas del presupuesto, de cualquier presupuesto, se pueden diluir con el aumento mensual de los índices económicos.
Si llevamos al plano político, la oposición actual, son los gremios. No existe un arco opositor en Río Negro que prevalezca, solo tímidos argumentos en partes de prensa, de JXC y del FDT.
Los intendentes lo perciben, Adrián Casadei cerró un buen porcentaje mensual en paritarias, porque conoce, que los únicos que pueden plantarle una movilización estructural, son los gremios. Selló una muy buena paritaria y mantiene la paz social.
Los cierres de pautas salariales van poniendo en zona roja a empleadores, porque están alcanzando acuerdos muy por encima de las posibilidades, le va a suceder a los dueños de empresas y de barcos pesqueros. Los sindicatos que “salen al agua” pretenden cerca del 50% en seis meses y en noviembre volver a sentarse.
Las especulaciones de las consultoras que miden la inflación ya estipulan que la interanual podría alcanzar un 60% a fin de año y eso licua cualquier acuerdo alcanzado previo.
Lamentablemente el poder adquisitivo se va estancando y esto suma pobreza. Los precios imparables.
Pero el solo ver como la política piensa en el 2023 exalta al habitante común. Ese es el primer punto del rompimiento entre la clase política y la sociedad. Mientras unos están ocupados por permanecer o prevalecer, el resto está preocupado por arribar a fin de mes.
Además, si hay algo que sumarle a la semana de JSRN, es el trajinar del tándem Weretilenck – Doñate. Ambos estuvieron en diferentes anuncios. Algo que ya va camino a una posible alianza con un sector, en este caso del kirchnerismo.
Los jefes comunales del Frente de Todos como Hernández, Tamburrini, Alvarado, Leineker, hablan de una especie de asociación electoral con el líder de JSRN.
En San Antonio ocurre, varios del justicialismo se sumaron al gabinete de Casadei y otros tangencialmente comulgan en un interbloque en el Concejo Deliberante.
Cuando Jorge Capitanich en el Chaco entendió que, formando colectoras, podía derrotar sin problemas a la oposición y el justicialismo permanecer en el poder, así lo hizo, dos veces.
Lo mismo efectuó Gerardo Morales, fue con 38 colectoras, y ganó en el 2019 después de tres intentos.
¿Se viene las colectoras en Río Negro? Es una gran posibilidad.
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