La maquinaria política se ha puesto nuevamente en marcha. El 22 de octubre marcará un día crucial en la vida política de nuestro país, ya que serán las elecciones generales, y tres candidatos a nivel nacional compiten por dos lugares en el balotaje, o quizás uno de ellos pueda lograr la diferencia suficiente para alzarse en la primera vuelta. En última instancia, será el electorado quien determine el destino de la nación.
Ayer, el oficialismo se reunió en un evento de relevancia, pero con una ausencia destacada: la gobernadora Arabela Carreras no estuvo presente. Este quiebre es un reflejo de las tensiones internas que han surgido en el seno del partido provincial, marcando un distanciamiento definitivo con su líder, Alberto Weretilneck.
A pesar del análisis realizado por el consultor político Mario Riorda, el oficialismo enfrenta un momento de escasa militancia, lo que representa una baja incidencia en su capacidad de movilización. Para remontar los resultados de las PASO, tendrán que trabajar arduamente. Un ejemplo de esta carencia de movilización se evidenció en San Antonio Oeste, donde no hubo una movilización proselitista efectiva por parte de JSRN.
Los peronistas «verdes» han sido rápidos en darse cuenta de esta debilidad y han conformado su propia línea política, liderada por figuras destacadas en el ámbito de la política local como el ex intendente y legislador Javier Iud, el actual legislador Luis Noale, los concejales electos Masch y Mirano, así como el asesor político y ex concejal Jorge López. Encabezan principalmente esta iniciativa, impulsando a Di Giacomo como candidato a diputado y a Sergio Massa como presidente.
Por otro lado, quienes apoyan al candidato de Unidad Ciudadana recibieron a Martín Soria el pasado sábado. A pesar de la diáspora que han experimentado hacia otros espacios políticos, el peronismo de la Unidad Básica sanantoniense trata de reorganizarse y fortalecer su presencia en la contienda.
El panorama se muestra sorprendentemente silencioso por parte de Juntos por el Cambio, sin un claro accionar en este inicio de la campaña política con su interna a cuestas.
JSRN, por su parte, trata de adaptarse a un escenario inusual y contrario a lo que estaban acostumbrados. El episodio de Bariloche representó un golpe inesperado, pero demostraron rapidez de reflejos al aparecer en una foto el senador Weretilneck con Walter Cortes, con quien deberán compartir los próximos cuatro años.
Para Di Giacomo, el desafío es alcanzar el 20% de los votos. Para lograrlo, necesitará que Libertad Avanza no supere el 46% y que el PRO tenga un bajo desempeño en la contienda, tal como sugieren las encuestas actuales. Aunque no se espera un apoyo partidario directo a Sergio Massa, algunos líderes municipales y provinciales podrían optar por distribuir boletas con las tres opciones presidenciales en algunos casos.
La gran incógnita radica en cómo se organizará la militancia, si es que se logra implementar al menos en algunos lugares. El ejemplo de Milei, quien carecía de una estructura sólida y fiscales, pero logró un sorprendente triunfo, plantea la posibilidad de que la movilización y el apoyo popular jueguen un papel crucial en estas elecciones.
Hoy, el provincialismo y los partidos políticos tradicionales enfrentan la amenaza de perder capital político ante la irrupción del candidato outsider. El revés electoral ha sacudido a los principales dirigentes, y la gran pregunta es si aquellos que están abajo, en la base, tienen la determinación y el deseo de salir a las calles para conquistar nuevamente la confianza del electorado.
El camino hacia las elecciones generales promete ser sinuoso y lleno de desafíos para todos los actores políticos involucrados. (Carlos Aguilar, editor)