El próximo año será electoral, y para Juntos Somos Río Negro (JSRN) marcará un momento clave en su breve historia como partido provincial.
A lo largo de los años, el partido ha tenido elecciones tanto exitosas como adversas. Un ejemplo que no desean repetir es la elección intermedia de 2017, cuando el actual ministro Fabián Gatti fue retirado, permitiendo que Lorena Matzen accediera a una banca como diputada nacional por la UCR. Hoy, Matzen es aliada del gobierno provincial, un giro que destaca el dinamismo de las alianzas políticas.
JSRN deberá esforzarse para mantener las bancas en ambas cámaras, un desafío que no solo fortalecerá su posición política en el corto plazo, sino también de cara al 2027, donde buscarán continuar con la última tendencia triunfadora del provincialismo.
En este escenario, Pedro Pesatti, quien suele declarar que existe armonía partidaria en JSRN, se perfila como el candidato a senador. Por otro lado, la candidatura a diputado o diputada parece estar orientada hacia un consenso interno.
El trabajo territorial será clave, algo que el propio gobernador Alberto Weretilneck ha priorizado mediante iniciativas como por ejemplo la entrega de tarjetas solidarias, títulos de propiedad y conexiones de gas. Estas acciones no solo impactan directamente en la calidad de vida de los vecinos, sino que también permiten al gobernador recorrer localidades, establecer contacto con las comunidades y fortalecer su presencia de cara a las elecciones. Es previsible que estas actividades se intensifiquen en 2025.
Aunque las encuestas actuales no son del todo favorables, representan apenas una fotografía del presente. La experiencia muestra que la mayoría de los votantes decide su inclinación en los últimos tres meses previos al acto electoral, lo que deja margen para revertir las tendencias actuales.
La ley de Ficha Limpia, recientemente promulgada, ha sido un acto político significativo. El gobernador, durante su visita a San Antonio Oeste esta semana, destacó que la ciudadanía exige mayor transparencia en los actos y actores políticos. Además, la adhesión de la municipalidad de San Antonio Oeste a esta normativa, aún más estricta que la ordenanza vigente, refuerza este compromiso.
El 2024 también estuvo marcado por la consolidación de las futuras inversiones en la costa atlántica rionegrina, con promesas de un movimiento económico sin precedentes, vital para las arcas provinciales y municipales. Sin embargo, los desafíos persisten.
En nuestra columna de hace 20 días advertíamos sobre las complicaciones en la producción primaria del ejido sanantoniense: ALPAT enfrenta problemas de ventas; una de las industrias pesqueras podría cerrar; la exportación frutícola está asediada por un dólar bajo y la importación de peras y manzanas a precios competitivos. A esto se suma un sector turístico que, hasta ahora, solo promete un repunte.
Estas dificultades podrían impactar en el humor social. La estabilidad, que en otras circunstancias sería una virtud, no parece ser suficiente para las economías regionales ni para las primarias.
Esperamos que el 2025 traiga mejores perspectivas. Es el deseo de todos quienes observamos con preocupación un futuro cada vez más complejo.
