El arribo de 3500 toneladas de langostino a San Antonio Oeste es una excelente noticia.
Las plantas pesqueras están listas para procesar la llegada de las primeras embarcaciones que atracarán tanto en el pontón de San Antonio Este como en el muelle Heleno Arcángel.
Este acontecimiento trae consigo varias consecuencias positivas. En primer lugar, se generará empleo durante la temporada de pesca en alta mar, lo que impactará favorablemente en la economía local. La reactivación de la estiba es otro beneficio importante. Permitirá a las empresas afrontar de inmediato el problema del incremento en los servicios que afecta a sus operaciones. El pontón portuario, que corría el riesgo de cerrar y dejar a varios trabajadores sin empleo, tendrá actividad laboral durante este período.
La noticia fue anunciada la tarde del miércoles por el gobernador Weretilneck en la municipalidad, después de recibir el mensaje directamente de Sergio Paleo, representante de Río Negro ante el Consejo Federal Pesquero. Esta comunicación del mandatario provincial causó una reacción positiva entre los presentes.
Este logro tiene un gran componente político, especialmente porque enfrentó la oposición de los gobiernos kirchneristas de Buenos Aires, representado por Carla Seain, y de Tierra del Fuego, por Carlos Cantú. Chubut se abstuvo de votar, mientras que los representantes de Santa Cruz y los directivos mileistas dieron su aprobación. Los medios de prensa de Mar del Plata instan a los diferentes sectores empresariales a pronunciarse sobre la creación repentina de una cuota social extraordinaria para los rionegrinos, argumentando que esta decisión se tomó sin consultar a la Comisión de Seguimiento ni al INIDEP.
Es importante recordar que el gobierno de Alberto Fernández creó el Fondo de Asignación para el Fomento Productivo, destinado a potenciar la pesca en Chubut y Santa Cruz con el 80% del Fondo Social para esas provincias. Esta medida fue votada favorablemente por Seain y Cantú, los mismos que se opusieron a la cuota rionegrina.
Estos son los que miden según la vara política. Deben entender que son otros los tiempos.
Efectos de las nuevas leyes
Las recientes leyes aprobadas en el Congreso han generado un debate significativo sobre sus efectos en diferentes regiones del país, particularmente en la Patagonia. Dos de las medidas más destacadas son la restitución del impuesto a las ganancias y la implementación del Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI).
En primer lugar, la restitución del impuesto a las ganancias vino acompañada de la eliminación de la deducción adicional por zona desfavorable del 22% que poseen los trabajadores y jubilados de la región patagónica. Esta decisión fue resultado del rechazo en particular del capítulo de Ganancias en el Senado y la insistencia de la Cámara de Diputados con el proyecto que tenía media sanción. Las consecuencias de esta medida son tanto directas como indirectas sobre la provincia de Río Negro.
La aprobación de este Paquete Fiscal perjudica especialmente a los trabajadores de la Patagonia, creando un esquema tributario desigual. Por igual tarea y bajo el mismo convenio colectivo de trabajo, un empleado de la Patagonia podría comenzar a pagar Ganancias, mientras que uno de Buenos Aires, por ejemplo, no lo haría. En otras palabras, la eliminación de la deducción por zona desfavorable podría provocar que el salario de un trabajador patagónico supere el mínimo no imponible, agravando así la situación económica de muchos hogares en esta región.
Por otro lado, la Ley Bases presenta un panorama más alentador. En el mediano plazo, y en caso de que Río Negro adhiera al RIGI contenido en esta ley, un mayor flujo de inversiones podría compensar con creces los perjuicios ocasionados en el plano fiscal. El turismo, la energía, el petróleo y el gas, sectores fundamentales para estas economías provinciales, están abarcados en este régimen. Además, el RIGI también contempla obras de infraestructura, lo cual es particularmente relevante considerando que Río Negro podría ser la sede de una planta de gas natural licuado. Este proyecto, anunciado como la inversión en infraestructura más grande de la historia del país, podría transformar la matriz productiva de la provincia norpatagónica y especialmente la zona atlántica.