Habíamos advertido la semana pasada en esta columna, posteriormente Luis Noale lo evidenció en el tratamiento del presupuesto en la Legislatura rionegrina: la escasa cantidad de obra pública para el ejido sanantoniense para el año que viene, preocupa y mucho.
Sorprendió el legislador cuando dijo que no estaba la ampliación del hospital «Aníbal Serra». Incluso llamó la atención al parlamentario del FDT, el silencio de Gemignani ante esto, ya que lo acompañó en el pedido de la terapia intensiva.
Tampoco sabemos porqué no ingresó en el presupuesto, se especula que sería una obra directamente financiada por salud. Lo que sí conocemos, es que habrá apoyo monetario con la venta de propiedades fiscales.
Tampoco el gobierno nacional distribuyó obras públicas para la zona atlántica. Solo aparecerá un hospital modular para enero, lo importante es que quedará para siempre, pero quien se debe hacer cargo del mismo, es la provincia.
Río Negro va en camino de solucionar su deuda en dólares, la que obtuvo de los bonistas para el Plan Castello, la gobernadora también firmó un consenso fiscal y apoyó la iniciativa de suspender las PASO. Los deberes como corresponden, por la ayuda crediticia percibida.
El gasto del gobierno será en consecuencia de lo que se tiene, es por eso que las obras que estaban en ejecución, serán las que finalizarán, sin apertura de otras.
El gobierno confía en el plan estímulo de la producción hidrocarburífera y espera se trate el proyecto de zonificación minera. Formas de recaudación que no deben tener dilación, para ser sustentables y colectar para sus endeudadas arcas.
Para todos el 2021 llega lleno de incertidumbres. También para la municipalidad sanantoniense, que hasta ahora tuvo algunos altibajos, deberá asimismo afrontar una situación económica compleja.
Hay problemas financieros, lo dijo Matías Hermo, a los otros funcionarios quienes, en la reunión de gabinete, liderada por la secretaria de coordinación, Marcela Rossio, escucharon de la boca del secretario de hacienda, la lasitud económica actual.
La pandemia y sus costos (tanto sociales como sanitarios), la falta de recaudación, la inflación y gastos en diferentes áreas, hicieron el combo perfecto para el decaimiento de la caja municipal.
En la reunión hubo evaluaciones. Algunos funcionarios hicieron catarsis, otros solo indicaron sus acciones, ciertos reproches. Pero “un mea culpa”, ninguno.
Casadei no concretará más reemplazos. Salvo caso que haya una renuncia, como sucedió en el área de cultura, todos seguirán en sus puestos. Aguarda el intendente, que cumplan sus roles. Por eso no participó de la reunión de gabinete, esperaba que tengan más soltura y entre ellos se cuestionen y a su vez solucionen.
El presupuesto municipal viene muy ajustado. Seguramente deberá ser analizado en el Concejo Deliberante, las discusiones se darán entre un oficialismo y una oposición donde no hay interlocución.
En política, lo que hoy no se dialoga, se padece en el futuro.