Río Negro comenzó a prepararse para octubre, pero no se perciben síntomas en la sociedad de que esté por librarse una contienda electoral. Más allá de lo que aportan los medios de comunicación y las redes sociales sobre esta temática, la gente se mantiene muy alejada de los avatares y las alianzas de cara a los comicios.
Miguel Ángel Pichetto dejó una frase en el Congreso que resume lo que hoy sucede en la sociedad: “No veo a la gente en los barrios populares, en los almacenes, predicando el orden fiscal”.
El diputado nacional señala con esto que las preocupaciones cotidianas pasan por otro lado: cada vez crece más la inquietud por perder el trabajo o por no llegar a fin de mes.
En este escenario, la provincia de Río Negro juega su carta electoral. El partido gobernante, encabezado por Alberto Weretilneck, busca instalar un escenario de tercios y romper la polarización.
El gobernador abrigaba la esperanza de que la centroderecha no terminara unida. Villaverde no esperaba esos acuerdos políticos, pero una orden de Nación forzó la confluencia, principalmente por lo que señalaban las encuestas: era más conveniente polarizar con el peronismo y empezar la campaña bajo el eslogan “No más kirchnerismo”.
Esa corriente ya no domina el justicialismo a nivel nacional, quedando reducida a algunos distritos de la provincia de Buenos Aires. En 2027 el peronismo tendrá otros líderes y muchos podrían migrar hacia la “tercera vía” que impulsan algunos gobernadores.
Weretilneck comenzó a preparar la lucha de tercios en la que se medirá contra La Libertad Avanza —en alianza con el PRO y CREO— y el peronismo, que logró cerrar filas casi sobre el límite del plazo electoral. Uno de esos tres espacios no festejará en la noche del 26.
En el caso de la boleta de LLA, a Villaverde le hicieron saber que su figura no medía lo suficiente. Por eso tuvo que aceptar lo que le impusieron. El resto de su espacio entiende que hay buenas probabilidades de triunfo, lo que alimentó la presión interna por aprovechar esta oportunidad. Más allá de los nombres que integren la lista, la estrategia es mantenerse competitivo o caer por escasos puntos porcentuales.
El peronismo rionegrino dio un espacio inesperado a Juan Grabois, por encima del Movimiento Evita que conduce Silvia Horne. Falta ver qué rol tendrá el Frente Renovador, que se sumó a último momento tras un diálogo con Sergio Massa.
En el plano local, la incógnita es cómo trabajará cada partido político en el ejido sanantoniense. LLA recién empieza a conformarse y será socio del PRO, que cuenta con una estructura electoral más aceitada. A ellos se suman los “arrimados” que provienen de otros partidos y ahora comulgan con la base libertaria (para lograr un puesto en el futuro).
JSRN deberá redoblar esfuerzos en las tres localidades. Hay entusiasmo interno por los anuncios de obras e inversiones, pero aún no logran capitalizar ese impulso en la población. La mayoría de los oficialismos atraviesan un momento difícil por múltiples factores.
El peronismo apelará a la carta del antimileísmo, apuntando contra un gobierno nacional que, según denuncian, elimina derechos adquiridos. En ese sentido, focalizarán el mensaje.
En San Antonio, Las Grutas y el Puerto de SAE se verá cómo la lógica de tercios gana protagonismo. Por ahora, ninguno saca ventajas significativas. Es el momento de apuntalar, porque el tiempo de campaña que queda será breve para volcar la decisión del electorado y, sobre todo, para entusiasmar a una ciudadanía cuya apatía crece cada vez más.