Weretilneck enfrenta un nuevo conflicto con el gremio docente tras dos días de paro y la protesta frente a la Legislatura. Las causas del conflicto son el control de las licencias por motivos de salud y la ley de esencialidad en la educación. Además, falta por aprobar una nueva norma, la de presencialidad, la cual está casi lista para ser debatida en el recinto.
El gobernador sabe que cuenta con los votos necesarios para esta ley, pero observará cómo evoluciona el conflicto, que ha alcanzado su punto más confrontativo del año, y lo notable es que no se trata de un dilema relacionado con los salarios.
Otro problema sin resolver es el tema de la salud. La constante renuncia de médicos no cesa, y para Río Negro, que ha perdido un promedio de 200 médicos, esto resulta extremadamente complejo. Hay escasez de personal en todos los hospitales de la provincia, y quien asuma el mando de esa cartera deberá ser un verdadero “piloto de tormentas”.
También está pendiente la cuestión de la Secretaría de Turismo.
El mandatario provincial quiere enfocarse en resolver el traspaso de las rutas nacionales, así como en asegurar el crédito del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para garantizar las obras de mantenimiento de las arterias viales por donde transita la producción rionegrina. Nación no aportará ni un peso para mantenerlas.
Por otro lado, el gobernador busca financiamiento con organismos internacionales para finalizar las terminales de ómnibus que quedaron a medio hacer, como la de San Antonio Oeste, así como también para implementar un plan de agua en Sierra Grande.
El desafío es acelerar estos procesos para ver si es posible incluirlos en el presupuesto, un tema que deberá discutirse en las próximas semanas.
El presupuesto es, de hecho, otro asunto que la municipalidad de San Antonio Oeste también debe presentar. Este presupuesto deberá contemplar, entre otros aspectos, el pago futuro de un leasing para la compra de vehículos con el aporte de alguna entidad bancaria, siendo el Banco Patagonia el candidato más probable, ya que allí tienen actualmente sus cuentas y es el banco por el que se canalizan los salarios de los empleados. Además, el banco garantiza descubiertos ante la falta de liquidez.
En general, el municipio confía en que puede tener una buena temporada de verano, aunque si se toma como referencia lo ocurrido durante el invierno, las expectativas no son alentadoras.
Según la Encuesta de Ocupación Hotelera publicada esta semana por el INDEC, el país registró una baja interanual del 11,7 % en la cantidad de viajeros hospedados en establecimientos hoteleros y parahoteleros, lo que representa la mayor caída para este mes desde 2021, cuando el sector aún sufría los efectos de la pandemia.
La región más afectada fue la Patagonia, donde el turismo de residentes cayó un 17,8 %. En Bariloche, el descenso fue superior al 20 %, lo que genera una gran incertidumbre para la estación de verano en la costa atlántica de Río Negro.
En esta época, la recaudación municipal suele aumentar porque se aproxima la temporada de alquileres, y muchos optan por pagar sus tasas, especialmente aquellas que ofrecen descuentos por pago anticipado al iniciar el nuevo año fiscal.
Una inversión millonaria que podría anunciarse en breve es la llegada de un barco gasífero de la empresa Pan American Energy, junto con los trabajos en el oleoducto, lo que traerá más movimiento a la región. Algunas inversiones periféricas también son buenas noticias, aunque no alivian la situación financiera general.
El año pasado, el presupuesto municipal fue de 7.000 millones de pesos, una cifra que hoy resulta irrisoriamente baja frente a la inflación, la devaluación y el incremento exponencial de los servicios en los primeros nueve meses del 2024.
Si bien las expectativas económicas para el próximo año son diferentes, el escenario actual sigue siendo preocupante.
La situación se agrava con la falta de empleo, la recesión y el aumento de los índices de pobreza. San Antonio Oeste padece la misma realidad que el resto del país.