Inicio Salud El calzado en el paciente diabético ¿Por qué es tan importante?

El calzado en el paciente diabético ¿Por qué es tan importante?

El pasado 14 del corriente se conmemoro el día mundial de la diabetes y por una iniciativa del comité de pie diabético de la Sociedad Argentina de Diabetes se impulsó, para todo el mes, una campaña de concientización a nivel latinoamericano para evitar el pie diabético como complicación crónica de esta enfermedad y su desenlace más dramático, las amputaciones. El 80% de las complicaciones que afectan al pie del paciente diabético están causadas por el uso de un calzado inadecuado. Este debe cumplir funciones de estabilidad, transpiración, sujeción del pie y aislamiento térmico; asimismo, debe ser ligero para evitar un exceso de gasto energético durante la marcha. En un diabético se constituye en un elemento preventivo indispensable en pacientes con neuropatía (insensibilidad al dolor) y/o vasculopatía (pobre circulación), que debe reunir unas características especiales respecto al calzado común para disminuir el riesgo de lesiones, y evitar su evolución hacia la formación de ulceras.

¿Cuál es el calzado ideal para el paciente diabético?

El ideal como tal no existe; ya que está condicionado por el grado de neuropatía o de isquemia o por la existencia de deformidad o lesión, jamás está supeditado al hecho de padecer diabetes.

Como elegir el calzado. Pautas.

Las superficies interiores deben ser lisas para evitar que las irregularidades lesionen la piel.

Debe haber un contrafuerte o parte posterior semirrígida para estabilización y amortiguación.

Que no oprima, pero tampoco tiene que estar desajustado.

Sujeción: debe ser acordonado o con tiras de velcro (para pacientes con problemas visuales).Los  dos sistemas permiten adaptarse a los cambios de volumen del pie durante el transcurso del día debido al edema.

Si utiliza plantillas, debe incorporarlas al calzado que va a comprar, para que la elección de la longitud y la anchura sea la correcta.

La pala, o parte anterior debe ser amplia y alta para permitir la movilidad de los dedos. El material más idóneo es la licra, cuyas propiedades de elasticidad y flexibilidad se adaptan a la forma del pie y sus deformidades.

Debe pesar poco, para reducir el gasto energético durante la marcha.

La punta ligeramente elevada (en balancín), con esto se facilita el movimiento de despegue y se reduce la posibilidad de caídas.

La suela ha de ser de goma y antideslizante para amortiguar y evitar deslizamientos indeseables.

El taco debe medir entre 2 y 3 cm de alto y ser de base amplia para evitar la inestabilidad.

Si existe hinchazón, es aconsejable comprar el calzado a última hora de la tarde, porque es cuando el volumen del pie es máximo.

Utilizar el calzado adecuado es parte del tratamiento preventivo de lesiones en el pie, y se deben conocer sus elementos, materiales y características para adecuarlas a las necesidades de los pacientes. De esta manera, se podrá conseguir que el calzado pase de ser un elemento lesivo a un elemento protector.

Dr. Edgar Torres, traumatólogo, Hospital A. Serra.

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