Este sábado volvió a ser un “sábado solidario” en el comedor comunitario Elim, una iniciativa que lleva más de tres años brindando alimentos y acompañamiento a familias en situación de vulnerabilidad.
El espacio funciona con el esfuerzo de la Iglesia Movimiento Cristiano y Misionero, de la congregación del pastor Rende, y se ha convertido en un punto de referencia para vecinos que atraviesan momentos difíciles.
Marcela, una de las colaboradoras habituales, explicó que cada fin de semana se preparan y entregan entre 60 y 90 viandas, dependiendo de la época del mes. “Cuando la gente todavía no cobró sus haberes, se acerca un número mayor de familias. A fin de mes, siempre vemos un aumento en la demanda”, señaló.
La dinámica de trabajo está organizada: los sábados desde las 9:30 de la mañana, un grupo de entre cinco y seis hermanas de la congregación se reúne para cocinar. La provisión de alimentos surge de un sistema interno de colaboración. “El día miércoles hacemos una lista y cada hermano se anota con lo que puede: dos kilos de carne, de papa o lo que se necesite según el menú. Así, gracias a Dios, nunca nos ha faltado nada en estos tres años”, relató Marcela.
Además de las viandas, el comedor mantiene activo un roperito comunitario, donde se distribuye ropa, calzado y, en algunos casos, artículos de primera necesidad como colchones, frazadas o garrafas. Una de las encargadas comentó que los pedidos más frecuentes son ropa para adolescentes y calzado masculino, en talles grandes. “Controlamos la entrega para que todos puedan recibir, limitando a cinco prendas por persona. No se trata de acumular, sino de compartir con empatía”, explicó.
Las familias beneficiarias no consumen los alimentos en el lugar, sino que los retiran para llevar a sus hogares. Paralelamente, los sábados por la tarde se ofrece una copa de leche para los niños, especialmente los que asisten a la escuela bíblica, aunque también participan chicos de otros sectores de la comunidad. En esas ocasiones, cuando hay disponibilidad, se entregan zapatillas y ropa a los más pequeños.
El comedor Elim se sostiene principalmente con los aportes de la iglesia, pero también recibe donaciones externas. En las últimas semanas, vecinos se acercaron con alimentos, ropa y hasta 10 kilos de milanesas. Quienes deseen colaborar pueden hacerlo entregando mercadería, ropa o aportes económicos a través del alias elim.sao, o contactándose a los teléfonos 2920-217333 y 2920-600285.
“Todo suma en este tiempo. Desde un paquete de fideos o un kilo de pan, hasta alimentos no perecederos. Siempre encontramos la manera de que llegue a quienes lo necesitan”, remarcaron las voluntarias.
Con la llegada de la primavera y el cierre del invierno, las necesidades se transforman, pero la tarea solidaria no se detiene. “A lo largo del año hemos visto familias que necesitaban desde colchones hasta frazadas. Muchas veces recurrimos a la creatividad: algunas hermanas hacen mantas con ropa reutilizada. Lo importante es que nadie quede sin ayuda”, subrayaron.
El comedor funciona los sábados en Isla Malvinas 729 y se ha consolidado como un espacio de acompañamiento comunitario. “Dios siempre ha provisto y confiamos en que seguirá tocando corazones para que podamos seguir sosteniendo esta obra solidaria”, expresaron las voluntarias con gratitud.


