El desafío de gobernar Río Negro (Nota de opinión)





Se avecinan los tiempos de campaña con miras a las elecciones provinciales de 2019. Más allá de los candidatos, de su pertenencia partidaria, de sus arengas y de sus declaraciones ante los medios, sería bueno conocer sus proyectos.

Gobernar los destinos de nuestra provincia debe exigir la mayor responsabilidad y en especial dejar de lado las aparcerías de facción, los localismos y las exigencias de los gobiernos nacionales.   Porque se debe gobernar para todos, imbuidos de una concepción pluralista y federal que integre definitivamente las diferentes regiones provinciales y dé a los ciudadanos las mismas oportunidades. Es decir potenciar todos juntos el desarrollo en forma equilibrada y armónica, sustentable en el tiempo.

Es hora de retomar el rumbo liminar que soñaron los fundadores. De armare equipos de gestión con hombres y mujeres capaces y notables en cada área, pensando que tipo de provincia queremos.

Un gobierno alejado de los extremos ideológicos pero que sea sensible con la gente y con sus problemas. Que tenga al ser humano como el protagonista de sus esfuerzos y no como un número frío, porque la insectificación del hombre es el gran mal de las políticas liberales, hijas de una modernidad implacable y materialista, que está fracasando estrepitosamente.

Los que aspiren a gobernar a Río Negro, en primer lugar deben ser buenas personas, capaces, prudentes en sus declaraciones, humildes y convencidos que son hombres y mujeres de una gran causa, que es el bienestar de los rionegrinos. Ya lo decía Platón: “El mayor castigo para el hombre de bien, cuando se niega a gobernar a los demás, consiste en ser gobernado por otro hombre peor que él”.

Los candidatos que ofrece la política rionegrina deberían recordar la máxima de Macanaz: “El sujeto que mereciere el empleo de gobernante, que es su propio nombre, debe primeramente apetecer hacer el bien para todos, no para causar mal a ninguno. Ejercitar con los inferiores el poder es casi demostrar temor a los iguales, pues parece se quiere castigar en los primeros lo que no se puede ejecutar con los segundos y no se debe tener por más glorioso el mandar porque lo más plausible es mandar bien”.

Los que quieran gobernar a Río Negro deben saber que “la primera obligación de un gobierno es hacer justicia legal y empeñarse en proteger con la justicia moral”. Porque de eso trata la buena política.

Y la ciudadanía en particular debe analizar y reflexionar sobre cada candidato y no votar con su consigna partidaria. Debe pensar quien conviene que gobierne. Se sabe, dijo el Mahatma Gandhi: “Mientras que las masas no reflexionen y las sigan manejando los que de momento tienen influencia en ellas, es un error que voten”.

Río Negro necesita gobernantes prudentes, pluralistas, que busquen el bienestar general, la integración, el respeto por la gente y el progreso de Río Negro.

Jorge Castañeda – Escritor (Valcheta)

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