Los Sassenberg protagonistas del nacimiento de San Antonio Oeste

- Juan Adolfo Sassenberg.




HISTORIAS SANANTONIENSES. El apellido Sassenberg resuena en la historia de San Antonio Oeste con un legado profundo y apasionante que pocos de sus habitantes conocen en su totalidad.


Esta fascinante narrativa histórica se inicia en una ciudad alemana que se encuentra cerca del puerto de Bremen, llevando el mismo nombre que sus antepasados: Sassenberg, un linaje con raíces que se remontan al siglo XVI.

En el año 1819, nació Juan Federico Sassenberg en esa ciudad alemana. Desde joven, su espíritu aventurero lo llevó a emprender un viaje sin rumbo fijo, cuyo único destino era América del Sur. Su primera parada fue en Brasil, donde pasó un año y conoció a su compatriota Amanda Köthke, con quien contrajo matrimonio a la edad de 21 años. Sin embargo, el cálido clima de Río de Janeiro no fue adecuado para la pareja, y decidieron buscar un lugar más fresco, por lo que se trasladaron a Buenos Aires.

Llegando a Argentina en 1840, Juan Federico, a pesar de tener formación en economía, optó por utilizar sus sólidos conocimientos en ebanistería, un oficio que había aprendido en su ciudad natal. En pocos años, se ganó el reconocimiento de los habitantes de Buenos Aires gracias a su destreza en la fabricación de muebles y ataúdes. Durante su estancia en Buenos Aires, tuvo dos hijos: Juan Adolfo, nacido en Montevideo en 1854, y Juan Federico, nacido en Buenos Aires en 1860.

En 1882, los hermanos Sassenberg tomaron una audaz decisión: trasladarse al desolado sur argentino. Llegaron en barco a Carmen de Patagones, llevando consigo sus muebles y enseres, así como proyectos, sueños e ilusiones para realizar en ese apartado rincón del país. Con la ayuda económica proporcionada por su padre, Juan Federico, quien se había casado con Meta Bohores, fundó una empresa comercial especializada en la compra y venta de productos locales, centrándose en cueros y lanas. Además, abrió sucursales de su empresa en Viedma, General Conesa, Valcheta y San Antonio Oeste.

– Acuarela pintada en 1898 por Juan Adolfo, experto navegante que con otros descubrió la caleta del nuevo puerto de San Antonio.

Por su parte, Juan Adolfo, casado con Frida Minna Adeolfe Moths, adquirió tierras en la región. La primera finca la llamó Augusta Victoria y estaba ubicada a 15 kilómetros de Viedma. Su segunda adquisición fue el establecimiento Laguna Colorada, situado a 80 kilómetros de la capital del entonces Territorio Nacional de Río Negro.

En 1890, en la margen norte de Punta Villarino, cerca de la Caleta Falsa, se estableció el primer puerto marítimo de Río Negro, conocido como Saco Viejo o San Antonio Este. Alrededor de este puerto, se formó una comunidad.

Sin embargo, a partir de 1910, la prosperidad económica de Patagones comenzó a declinar a medida que el puerto de San Antonio Oeste alcanzaba su pleno funcionamiento, ofreciendo condiciones óptimas para la navegación de ultramar.

Con el paso de los años, los marinos y comerciantes que operaban en la zona comenzaron a trabajar juntos para acortar la distancia de 50 kilómetros que separaba la Bahía de San Antonio del puerto de Saco Viejo. En 1904, descubrieron la Caleta del Oeste, conocida hoy como Marea, un importante paso marino con pleamar y profundidad adecuada para la navegación de embarcaciones pequeñas y medianas que conectaban Saco Viejo.

En 1905, se produjo un éxodo y despoblamiento del antiguo puerto de Saco Viejo. Los comerciantes y marinos que operaban en la zona fueron los protagonistas de esta singular mudanza.

El 9 de julio de 1905, en el Día de la Independencia Nacional, una embarcación a vela llamada «No hay vergüenza», propiedad de la firma Sassenberg, llegó al nuevo asentamiento portuario con materiales de construcción en sus bodegas. Al día siguiente, el 10 de julio de 1905, con entusiasmo y determinación, los artesanos comenzaron la construcción del primer depósito, oficina y dependencias de la empresa alemana en la naciente San Antonio Oeste. La barraca de la empresa Sassenberg, la fonda de Juan Paderno y la herrería de Juan Tarruella se convirtieron en los primeros asentamientos y la residencia de los pobladores iniciales de la Caleta del Oeste.

Esta fecha se convirtió en un hito histórico que marcó la fundación de la ciudad portuaria de San Antonio Oeste. Los hermanos Sassenberg, quienes llegaron al sur argentino en 1882 con sueños y esperanzas, y los trabajadores que construyeron el primer asentamiento en la nueva ubicación, estaban creando un pueblo y forjando una epopeya en la desolada Norpatagonia, a orillas del mar.

Por todas estas hazañas, los pioneros alemanes merecen un reconocimiento histórico, y la memoria de estos precursores del desarrollo patagónico debe ser preservada en la ciudad. Es fundamental rectificar este inexplicable olvido colectivo, ya que la Patagonia, a menudo marginada y olvidada por los poderes centrales, no puede ignorar a quienes contribuyeron a su camino hacia la grandeza. (Fuentes: escritos de Colás – Izco – Lefevre)

SAO
– Villa Bremen, primeras oficinas de la empresa Sassemberg donde posteriormente operó el Banco Nación Argentina.

 

QUÉ TE GENERA ESTA NOTICIA



Artículo anteriorEditorial: Cortés, Las Grutas y Bariloche
Artículo siguienteRío Negro se sumó a la lucha global en el «Día Provincial de Prevención del Suicidio»