El planeta se calienta y el nivel medio de los océanos sube a un ritmo nunca visto: entre 1901 y 2018, la altura promedio de los mares se incrementó unos 20 centímetros, con una aceleración en los últimos años, ya que solo entre 1993 y 2023 esa suba fue de aproximadamente 9,4 centímetros.
Así lo muestra un reporte científico del Equipo de Acción Climática de las Naciones Unidas a partir de datos de la NASA, la Administración Espacial de Estados Unidos, llamado «El aumento del nivel del mar en un mundo que se calienta» y difundido esta semana, sobre la base también de información científica del panel de expertos en clima de Naciones Unidas que se volverá a reunir, pero esta vez con jefes de estado, este 25 de septiembre en la Asamblea Anual.
La Argentina, como todos los países costeros, no escapa a este riesgo: según un estudio de la organización Climate Central, una de las zonas más vulnerables de nuestro país es la costa atlántica.
Cindy Fernández, que es comunicadora meteorológica en el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), lo sintetizó así: “El agua del océano aumenta por dos factores principales. El primero es el deshielo de los glaciares principalmente de la Antártida y de Groenlandia, que son las zonas cuyo aporte más contribuye al aumento del nivel del mar, ya que es tierra firme recubierta por capas enormes de hielo, que cuando se derrite agrega agua extra a los océanos”.
El caso de la bahía de San Antonio
Valentina Fernández es geóloga e hizo su tesis final de grado con modelos que estudian el impacto de la suba del mar en una zona específica de Río Negro que es la bahía de San Antonio, con foco en San Antonio Oeste; una localidad que, según la científica, “ya sufre la suba del nivel del mar y ve con preocupación que, si esto empeora, estarán cada vez más amenazados”.
Para eso, la investigadora avanzó por varios caminos: la modelización teórica sobre la base de relevamientos topográficos, la participación de los habitantes de la zona y el recurso a otras herramientas como cámaras. “Me interesa señalar que nuestro modelo fue validado: por una parte, hicimos un taller integrativo con gente de esa localidad a quienes se les dio un mapa para que marquen hasta dónde vieron llegar el agua, que nos dieron los mismos resultados que los modelados”, describió.
Además, instalaron cámaras de fototrampeo en canales de la bahía que tomaron imágenes cada doce horas, durante seis meses. “Todo quedó validado. Es una localidad que ya sufre este problema cuando llueve y hay marea alta y sudestada. El agua se mete en la ciudad y hay mucha preocupación por escenarios futuros que pueden ser más severos”, indicó Fernández.
“Los escenarios de marea con sudestada y las proyecciones para el año 2100 indican áreas vulnerables que persisten y se extienden, afectando diversos barrios”, dice la investigación. (fuente informe ONU/La Nación)