Uno de los grandes galpones que existen en el Puerto de San Antonio Este se remata en los próximos días. Antes era un lugar dónde se descargaban y depositaban los cajones de fruta.
La muestra cabal de la caída histórica de las exportaciones de la fruta en el único puerto que posee la provincia de Río Negro, se va plasmando en distintas situaciones que acontecen en materia económica como por ejemplo el remate de un gran frigorífico.
Una de ellas es que este año cayó de manera contundente la salida de la materia prima del alto valle en un 40% un récord negativo histórico.
Otra es que los grandes galpones de almacenamiento, construidos en la década de los noventa, cuando la exportación frutícola iniciaba su auge, el mismo que llegó a un tope los excepcional los primeros diez años de nuevo milenio y que detentaba una de las máximas expresiones financieras del ejido sanantoniense.
Las decisiones económicas, de producción, de exportación y de políticas erradas a lo largo de los últimos años determinaron el desplome incontenible.
El inmueble que se remata, la subasta será en la localidad de Cipolletti, es un frigorífico que hasta hace pocos años estaba en pleno funcionamiento según señalaron los vecinos a este medio, y se mostraron sorprendidos por la novedad.
Según el boletín oficial expresa que “es un frigorífico para almacenamiento de frutas frescas, que según datos aportados por la entidad bancaria actora (que pidió el remate), consta de cuatro cámaras de frío sistema convencional, con capacidad de aproximadamente 20 mil bultos cada una (total capacidad aproximada 80 mil bultos). Cuenta con la correspondiente sala de máquinas y compresores e instalaciones de frigorífico. No se constata el funcionamiento de la planta, aunque se aprecia todo en buen estado de conservación. Existe, además, un sector de oficinas administrativas y casa para el encargado. Todo el perímetro del terreno está cercado con alambrado romboidal sostenido con postes de hormigón y se advierten los patios limpios y desmalezados”.
Hasta el año 2014 se sostenía en grandes cantidades exportables y desde el 2015 el derrumbe se hizo notorio. Desde el sector exportador ven muy complicada la situación de la empresa concesionaria del puerto por alejarse cada vez más de una escala adecuada para trabajar. Cada año que pasa, las exportaciones disminuyen y los costos fijos suben fuertemente al salir la actividad de su escala de trabajo.