Hasta hace unos 11 millones de años el mar penetraba en varias porciones de la Patagonia, incluyendo gran parte de la provincia de Río Negro. En lo que hoy son mesetas áridas y calurosas, un mar entonces tropical y lleno de vida cubrió el norte de la Patagonia y lo cubrió de corales, esponjas y todo tipo de peces.
Estos mares eran frecuentados por mamíferos marinos, como ser focas, lobos marinos, ballenas y delfines. Los mares eran habitados por enormes manadas de pequeñas ballenas (pequeñas es un decir, alcanzaban los 7 metros de longitud) hoy día extintas conocidas como cetotéridos.
En aquellos mares lo cetotéridos no nadaban seguros: grandes tiburones conocidos como Carcharodon megalodon eran frecuentes y sabemos que estas ballenas formaban parte de su dieta. Sin embargo, el más espectacular de los predadores de aquel entonces fue un enorme cetáceo conocido científicamente como Livyatan. El Livyatan era un pariente cercano de los cachalotes, bien conocidos por Moby-Dick la ballena novelesca que atacaba embarcaciones durante el siglo XIX.
Sin embargo, a diferencia de los cachalotes vivientes, que se alimentan mayormente de calamares, Livyatan era un macropredador: consumía animales de gran tamaño, especialmente ballenas y delfines. Su cráneo medía más de 3 metros de longitud y estaba armado por unos 40 dientes de más de 30 centímetros de largo. Su cuerpo, según cálculos, superaba los 17 metros. El Livyatan poseía enormes y fuertes dientes con los que atrapaba a sus presas, de hecho, son los dientes de mayor tamaño conocidos para un vertebrado.
Hasta hace poco Livyatan era solo conocido como fósil en las costas de Perú y Chile. Recientemente, el investigador Federico Agnolin del CONICET, el Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia” y la Fundación Azara, junto a otros colegas, analizaron enormes dientes de Livyatan en la provincia de Río Negro. Este hallazgo tiene la importancia
Estos dientes fueron encontrados en un riquísimo yacimiento fosilífero conocido como “Bajo del Gualicho” en la zona de las salinas de donde proceden enormes cantidades de fósiles marinos de todo tipo, pero esta es la primera vez que se describen dientes de Livyatan.
Los investigadores tienen intenciones de continuar con las investigaciones en el área con la idea de poder encontrar restos más completos, e incluso describir nuevas especies que aún esperan ser descubiertas.
El dibujo que acompaña esta nota es de Sebastián Rozadilla. (Prensa Fundación Felix de Azara)