El objetivo es permitir un mejor seguimiento de una actividad que en ocasiones impacta sobre especies frágiles. Se espera que esa información sea útil para el diseño de protocolos de conservación.
Un grupo de especialistas del CONICET, la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires y la Universidad Nacional de la Patagonia “San Juan Bosco” (UNPSJB) trabaja en el desarrollo de una nueva aplicación destinada a hacer un seguimiento de la pesca recreativa en mares, lagunas y ríos de la Patagonia argentina. El objetivo es poder conocer mejor qué, cuándo y dónde se pesca, para poder realizar un monitoreo de las especies objetivo, que permita desarrollar protocolos de conservación adecuados.
“La realidad es que la pesca recreativa a nivel mundial está acaparando cada vez más atención desde el ámbito científico y de los administradores de recursos, porque es una actividad que tiene un impacto importante en muchos lugares y que, en ocasiones, apunta a especies frágiles. A diferencia de la pesca industrial, la recreativa es difusa en tiempo y espacio, entonces, el esfuerzo de monitoreo que hay que hacer para cubrir toda esa actividad es muy grande”, explica Leonardo Venerus, investigador del CONICET en el Centro para el Estudio de Sistemas Marinos (CESIMAR, CONICET), que funciona bajo la órbita del Centro Nacional Patagónico (CENPAT, CONICET).
Según cuenta el biólogo, a pesar de que algunas pesquerías recreativas son muy lucrativas, en Argentina no hay una inversión importante en monitoreo, por lo tanto no hay registros que se mantengan en el tiempo y, al menos en Patagonia, prácticamente no existen estadísticas. “La idea es empezar a tener alguna información sobre cómo se distribuye el esfuerzo de pesca, cuál es la estacionalidad, las modalidades y las especies principales en la captura”.
Martín García Asorey es docente investigador de la Facultad Regional Chubut de la UTN y también forma parte de este proyecto en el que, según explica, “la idea es que pescadoras y pescadores puedan enviar un parte de pesca digital. Es una especie de cuestionario que completan y envían a través del celular o una tablet. Dentro de esa información que reportan se encuentra cuánto duró la salida de pesca, cuántas personas conformaron el grupo, la ubicación del lugar y el detalle de las capturas, junto con una foto. Eso nos brinda a nosotros información muy valiosa porque tenemos idea de dónde se concentra la actividad, qué se pesca y qué se devuelve”.
Uno de los objetivos de este proyecto se encuentra ligado íntimamente a la conservación, ya que la intención es que los datos recolectados sean utilizados para analizar el estado de las pesquerías recreativas y evaluar cómo evolucionan las poblaciones de las especies explotadas.
La aplicación se denomina “Huka”, que significa anzuelo en idioma yagán y el isotipo está inspirado en un elemento de pesca de madera hallado por la arqueóloga del CENPAT Julieta Gómez Otero.
“Actualmente la aplicación está en estado `Beta´, estamos ultimando detalles para lanzarla al público. Consta de varios módulos que permiten enviar partes de pesca, identificar sobre un mapa las áreas donde cada pescador o pescadora realizó las capturas, y hasta ganar experiencia como colaborador, a medida que se interactúa con la aplicación. La realizamos pensando en un diseño que sea fácil para quienes la utilicen, sobre todo porque tuvimos en cuenta aspectos de accesibilidad para quienes se encuentren realizando la actividad”, relata Pablo Navarro, doctor en Ingeniería y becario posdoctoral del CONICET Instituto Patagónico de Ciencias Sociales y Humanas (IPCSH, CONICET).
El lanzamiento de “Huka” busca ser un ejemplo de ciencia ciudadana, en el que la investigación depende en gran parte de la participación de la comunidad. En este contexto, uno de los desafíos más importantes para el equipo es encontrar la manera de atraer a las y los pescadores para que colaboren con el proyecto. “Tratamos de incorporar algunas cosas que entusiasmen a la gente para seguir usando la aplicación. Una de ellas es una suerte de ranking que les asigna un nivel de colaborador: la persona que más interactúe con la app, que más información envíe, va a ir subiendo en esa escala, desde “Principiante” hasta “Maestro/a”. Otra cosa que es interesante es que las personas que van enviando sus partes de pesca luego podrán visualizar un mapa donde está resumida toda su actividad, entonces van a tener identificados los puntos donde hicieron determinadas capturas, sería una especie de bitácora de pesca digital”, señala Venerus.
Además, quienes no sepan qué especie fue la que pescaron podrán consultar a través de la aplicación enviando una foto de la pieza.
El equipo que se encuentra desarrollando la aplicación se completa con el investigador Luciano Valenzuela (LEEH, CONICET-UNCPBA), el becario doctoral Leonardo Morales (IPCSH, CONICET-UNPSJB), y los licenciados Mariano Venerus y Mariano La Cruz (UBA). El desarrollo de la app fue posible gracias al apoyo de la Subsecretaria de Ambiente del Ministerio del Interior de la Nación, en el marco del Proyecto “Fortalecimiento de la gestión y protección de la Biodiversidad costero marina en áreas ecológicas clave y la aplicación del enfoque ecosistémico de la pesca”, financiado por el Fondo para el medio Ambiente Mundial e implementado por la FAO.