En una iniciativa que combina sensibilidad, aprendizaje y compromiso social, los estudiantes de tercer año de la Tecnicatura en Gastronomía —que funciona en el edificio del CET N° 32 pero pertenece al Instituto de Formación Docente (IFDC)— preparan una cena show junto a los residentes del Hogar “La Abuela Juana”, en el marco de su proyecto integrador denominado “Memorias Compartidas”.
El evento, que será de carácter cerrado y reservado exclusivamente para los adultos mayores y sus cuidadores, busca vincular los saberes adquiridos durante la formación con una experiencia real de servicio, donde los futuros técnicos podrán poner en práctica sus conocimientos en cocina, atención al cliente y organización de eventos.
La Propuesta Profesionalizante II, a cargo del profesor Brian, constituye uno de los espacios clave dentro del trayecto académico. “El trabajo que hacemos con los chicos es poner en práctica todos los conocimientos previos que se han adquirido durante la cursada. Se trata de que ellos puedan poner en valor lo aprendido y entender cómo los saberes teóricos se aplican en situaciones reales, especialmente en eventos como este, donde todo debe salir bien y la dinámica es distinta a la del aula”, explicó el docente.
Un proyecto con corazón: unir generaciones a través de la memoria
La docente de Contabilidad, quien también participa del proyecto junto a profesores de diversas materias, explicó que el espíritu de la iniciativa es interdisciplinario: “No solo están involucradas las materias de cocina. También participan los profesores de Nutrición, Pastelería, Ceremonial y Protocolo, Atención al Cliente y otras cátedras. Todos trabajamos en conjunto para lograr que los estudiantes vivan una experiencia completa”.
El proyecto “Memorias Compartidas” surgió, según relataron los estudiantes, a partir de las historias y vivencias de los propios abuelos del hogar. “Cuando fuimos a visitarlos, nos contaron sus anécdotas, lo que les gustaba comer, lo que cocinaban en su juventud y hasta recetas heredadas de sus madres o abuelas. De esas charlas surgió el nombre del proyecto. Ellos nos decían ‘mi abuela me dejó esta receta’, o ‘yo cocinaba esto cuando era joven’. Eso nos inspiró muchísimo”, contó María Eugenia, alumna de tercer año.
La iniciativa no solo busca ofrecer una cena especial, sino también un espacio de encuentro afectivo. “Queremos que los abuelos pasen un momento agradable, que se sientan escuchados, valorados, y que puedan disfrutar de una noche diferente”, agregó Alcides Marinato, también estudiante del último año.
Gastronomía con conciencia nutricional y cuidado
El trabajo comenzó semanas atrás, cuando los alumnos —acompañados por la profesora de Nutrición— visitaron el hogar para conocer las condiciones alimentarias y de salud de los residentes. “Nos contaron que algunos abuelos son diabéticos o tienen restricciones alimentarias, por eso diseñamos un menú saludable y adaptado a sus necesidades”, detalló María Eugenia.
El menú de la velada incluirá una entrada de quiche de zapallo y queso, un plato principal con pescado y pastas, y como postre, un flan casero y hummus de frutos rojos. Las bebidas estarán especialmente pensadas para ellos: aguas saborizadas naturales y sidra sin alcohol, además de infusiones elaboradas por los propios estudiantes. “El brindis es un momento importante, pero queríamos que sea saludable. Por eso reemplazamos las bebidas alcohólicas por alternativas naturales y seguras para ellos”, explicó la alumna.
El evento se realizará en las instalaciones del instituto, donde los estudiantes se encargarán de ambientar el salón y recibir a los invitados. “Ese día vamos a ingresar temprano para ornamentar el lugar y dejar todo listo. Los abuelos llegarán alrededor de las 19:30 horas, con movilidad dispuesta por el Municipio. Queremos que desde que entren, sientan que es una noche especial”, comentaron los alumnos.
La cena estará acompañada por un show artístico con la participación de artistas locales, entre ellos el cantante Hernán Vilalta, un ballet de danza, y una bailarina de salsa, además de presentaciones a cargo de los propios estudiantes. “Ellos nos contaron que disfrutan del baile, que participaron en los ‘Abuelazos’, así que pensamos en una propuesta alegre, con música, humor y mucho cariño”, destacaron.
Formación integral y compromiso social
El profesor Brian, quien supervisa las prácticas, resaltó el valor pedagógico de la experiencia: “Estas actividades permiten que los estudiantes experimenten un servicio real, con todo lo que eso implica. En la cocina del aula uno puede equivocarse y volver a intentar, pero en un evento con público todo sucede en el momento. Eso los obliga a estar atentos, a coordinar tiempos y roles, y a comprender la importancia del trabajo en equipo”.
Asimismo, el docente destacó que la propuesta surgió de los propios alumnos: “Fue una idea de ellos. Nosotros, como docentes, los acompañamos y guiamos, pero el mérito es principalmente de los chicos. Ellos planificaron, organizaron y gestionaron todo lo necesario para que esta cena se haga realidad. Es una forma concreta de que ganen experiencia y pierdan el miedo a desenvolverse profesionalmente”.
La articulación entre teoría y práctica, sumada a la dimensión humana del proyecto, convierte a “Memorias Compartidas” en una experiencia formativa profundamente significativa. “Queremos que nuestros estudiantes no solo aprendan a cocinar, sino también a entender para quién cocinan, a quién sirven y cómo la gastronomía puede ser un puente entre las personas”, subrayó el profesor.
Un encuentro cerrado, pero con apertura al reconocimiento
El evento no será abierto al público general, sino que estará destinado exclusivamente a los residentes del Hogar “La Abuela Juana” y sus cuidadores. “Queremos aclarar que es una actividad cerrada, articulada entre instituciones, dentro del marco de las prácticas profesionalizantes. Pero después vamos a compartir las fotos y los resultados en las redes del Instituto, para que la comunidad pueda conocer el trabajo que se hizo”, señalaron los organizadores.
Antes de finalizar, los alumnos aprovecharon la oportunidad para agradecer a los docentes que los acompañaron durante el proceso: “Queremos agradecer a todos los profes por su apoyo desde el primer momento. Cuando les presentamos la idea, enseguida dijeron que sí y se sumaron a trabajar con nosotros. Este proyecto es un logro compartido”.
“Memorias Compartidas”: cocinar, escuchar y aprender
“Memorias Compartidas” se presenta como mucho más que una práctica profesional. Es un encuentro de generaciones, una oportunidad para aprender desde el respeto, la empatía y el intercambio de experiencias. En palabras de uno de los alumnos, “los abuelos siempre tienen algo que enseñar, solo hay que escucharlos. Ellos sienten cuando uno los mira, los valora y los incluye. Por eso quisimos compartir con ellos una noche de alegría, sabores y recuerdos”.
La propuesta de la Tecnicatura en Gastronomía del IFDC demuestra que educar también es construir vínculos humanos, donde la técnica, el conocimiento y la sensibilidad se combinan para dar sentido al aprendizaje. Y en esa mezcla —entre aromas, música y memoria— los estudiantes no solo cocinarán una cena: servirán una experiencia de vida que quedará grabada en todos los presentes.