En el Polideportivo de la villa balnearia, se concentran distintas familias, convocadas por la junta vecinal del barrio Peumayén, para vender diferentes productos nuevos o usados o bien manufacturados “esta es la sexta edición que realizamos gracias a que la municipalidad nos presta el lugar, además nosotros lo único que pedimos para colocar un puesto es un alimento no perecedero para un banco de alimentos” señaló Maxi Ponce presidente de la comisión directiva.
“No permitimos el trueque, si sucede es como volver 20 años atrás, no queremos que eso suceda, la gente viene, coloca su puesto, se queda por las horas establecidas y luego se retira, uno puede ver como sí comparten el mate, las charlas, pero cada cual con su puesto de venta” sostuvo.
Uno de los feriantes indicó a este medio que “nosotros, mi esposa y yo quedamos sin trabajo, estamos campeando la situación como podemos y vendemos lo que podemos, recaudamos poco o mucho esta oportunidad para mi familia es importante, lo bueno que no debemos pagar para estar aquí”.
Otras de las integrantes de la junta vecinal señaló que este fin de semana se acercó más gente, aunque la cantidad de puestos se mantuvieron “empezamos con pocos, ahora vemos que hay casi una doble vuelta de puesteros”.
«Distintas personas concurren porque es más económico, muchos a mitad de precio, la realidad es una salida a la coyuntura de la gente» afirmó Ponce, este medio pudo observar incluso vecinos sanantonienses que se acercaron.
A esta feria le podemos sumar otras que se realizan en distintos lugares de San Antonio Oeste o Las Grutas, como ocurre también en la ya tradicional saladita del barrio Ceferino.
El regreso de las ferias comunitarias, algo que había desaparecido y nuevamente regresan, la crisis económica golpea muy duro y a medida que transcurre el tiempo, se hace más visible.