El EMPROTUR tendrá a cargo la responsabilidad de organizar y adquirir el espectáculo de fuegos artificiales “no sonoros”. Aún estudian la posibilidad.
Si se realiza, en esta oportunidad no emitirán los estruendos ruidosos, para respetar inicialmente la ordenanza que prohíbe la pirotecnia en el ejido sanantoniense.
El hecho que sean “silenciosos” evita los trastornos en animales y personas que son sensibles a las explosiones, el hecho es que la intensidad de los decibeles es lo que perturba.
Los fuegos artificiales silenciosos llevan más una coreografía (acompañada de música) y el uso del color. Las detonaciones más controladas, permiten el uso de químicos que generen colores más intensos. Como siempre, una imagen vale más que mil palabras. Este es el aspecto que tiene una exhibición de fuegos artificiales que opta solo por su variante “silenciosa”.
Si bien es más costoso, el mismo será financiado por el Ente de Turismo. El precio varía por la cantidad de minutos y esperan aún las propuestas de los empresarios del rubro, que se dedican a este tipo de eventos.
También se valora el lugar, por el tema del distanciamiento ante la emergencia sanitaria. Generalmente la gente se agolpa en la costanera para observarlos.
Se estima algunos sitios como la ya tradicional tercera bajada, el nuevo predio de los carros de comida tras la delegación, en la zona de la cuarta bajada, desde el techo de un edificio, desde la playa, esto se pondrá a consideración en los próximos días.
Probablemente que el monto de la “pirotecnia sigilosa” tendrá una ordenanza para ser aprobada para excederse de los montos de contratación directa.