El fútbol suele ser un puente entre la nostalgia y el presente. Desde Añelo, en la provincia de Neuquén, el jugador Gastón Rolando compartió su historia, sus recorridos deportivos y sus sueños de volver a vestir la camiseta de un club de San Antonio, la ciudad que lo vio crecer.
Rolando destacó lo difícil que resulta alejarse de los afectos “Es difícil estar lejos de la familia, de los amigos, más que nada del pueblo. Pero uno tiene que pensar en progresar en la vida, y a veces eso significa estar lejos”.
Rolando inició sus pasos futbolísticos en Racing, completando allí casi todas las inferiores. Más tarde pasó por Ferro, club al que asegura llevar en el corazón, y transitó distintas experiencias en la Liga de Río Colorado, en equipos como Barrio Atlético y Defensores de la Colonia. También tuvo un paso por el Regional con Valcheta, antes de emigrar a Santa Cruz.
En febrero del año pasado se instaló en Añelo, donde fue convocado por un técnico que conoció en el sur. Allí se sumó al Club Atlético Añelo, una institución joven con apenas nueve años de historia, que compite actualmente en la B de la LIFUNE con el objetivo de ascender a la máxima categoría.
“Es un club muy familiar, que trabaja todo a pulmón. A mí me recibieron muy bien, hice muchos amigos y hasta tuve la oportunidad de dirigir algunas divisiones inferiores. Hoy me toca ser uno de los referentes del plantel”, explicó.
Con apenas 28 años, Rolando reconoce que aún tiene mucho camino por recorrer. Sin embargo, ya piensa en volver a San Antonio para cerrar un ciclo: “Mi deseo es volver a jugar en Ferro. Quiero cerrar una etapa que me quedó pendiente en el club, aunque sea lo que dure un torneo. Es algo que siempre tengo presente”. En ese anhelo también influye la relación con Enzo, uno de sus grandes amigos y referentes, con quien sueña volver a compartir cancha.
El vínculo con su familia se mantiene intacto a pesar de la distancia. Su madre Beatriz, sus hermanos y primos ligados al fútbol, como Martín Rolando, forman parte de su círculo más cercano. Además, recordó con emoción al histórico Tito Pacheco, quien le dio la oportunidad de debutar en primera a los 17 años en Ferro: “La familia Pacheco es como mi segunda familia. Tito era como un papá para mí”.
Desde su experiencia en otras ligas, Rolando reflexiona sobre la realidad del fútbol en San Antonio: “Si hubiera mejores canchas, ya con salir de la tierra se valorizaría más. Hay muchos jugadores de buen pie que no se hacen tan visibles porque el campo de juego no los acompaña. Es una pena, porque San Antonio es una cuna de grandes futbolistas”.
Aun así, celebra el esfuerzo de los clubes locales: “Es lindo ver que Talleres vuelva a competir en un Regional. Aunque sea clásico nuestro, me llena de orgullo que un club de San Antonio llegue a esa instancia”.
Antes de despedirse, Rolando dejó unas palabras para quienes siguen de cerca su carrera: “Quiero mandar saludos a mi familia, a mis amigos y a toda la gente de San Antonio. También a los clubes que siguen peleándola. Ojalá que desde arriba se empiece a dar más importancia al fútbol sanantoniense, que es muy lindo”
