Un reciente informe del Baker Institute destaca que las unidades de licuefacción flotante (FLNG) son la alternativa más viable para Argentina frente a los megaproyectos en tierra, permitiendo mitigar riesgos económicos y acelerar las exportaciones.
En el tablero energético mundial, desde las costas de Río Negro, Argentina busca dejar de ser un actor potencial para convertirse en un exportador consolidado de Gas Natural Licuado (GNL). Según el informe Energy Insights 2025 elaborado por el Baker Institute, la clave para destrabar el potencial de Vaca Muerta no está en el subsuelo —donde la productividad ya compite con el shale de EE. UU.— sino en la superficie y en la tecnología elegida para la exportación: el GNL flotante (FLNG).
El desafío de la «superficie»
El análisis, liderado por el economista Francisco J. Monaldi, señala que aunque Vaca Muerta es la oportunidad de gas no convencional más importante fuera de Norteamérica, el país todavía enfrenta riesgos de «superficie» como la inestabilidad macroeconómica y cambios regulatorios históricos.
En este contexto, las plantas de GNL en tierra firme, que requieren inversiones masivas y plazos de recuperación de hasta 30 años, resultan difíciles de financiar. Aquí es donde el FLNG aparece como la solución estratégica. Al ser unidades móviles, ofrecen una ventaja crucial: si las condiciones regulatorias o económicas cambian drásticamente, la infraestructura puede relocalizarse, reduciendo el riesgo de «capital hundido».
Ventajas del modelo flotante
A diferencia de las grandes plantas terrestres, las unidades flotantes permiten:
- Menores tiempos de despliegue: Los proyectos pueden entrar en operación mucho antes.
- Flexibilidad operativa: Menor exposición a conflictos locales o cambios en las reglas de juego.
- Escalabilidad: Permiten iniciar exportaciones con volúmenes menores e ir creciendo gradualmente.
Proyectos en marcha
La apuesta por el GNL flotante desde las costas rionegrinas, ya tiene nombres propios en la industria local:
- Southern Energy (SESA): El consorcio que incluye a Pan American Energy, Pampa Energía e YPF, entre otros, avanza con la unidad Hilli Episeyo de Golar LNG, con una puesta en marcha estimada para 2027.
- Argentina FLNG: El proyecto impulsado por YPF que apunta a una capacidad de 10 millones de toneladas anuales con una decisión final de inversión prevista para 2027.
- Alianzas estratégicas: La reciente incorporación de socios internacionales como ADNOC (Abu Dhabi) y el interés de ENI refuerzan la viabilidad de estos desarrollos.
Un futuro de «primer movimiento»
El informe del Baker Institute sugiere que el ingreso temprano al mercado mediante FLNG podría otorgar a Argentina una «ventaja de primer movimiento» frente a otros competidores globales. Aunque los costos unitarios de estas plantas pueden ser ligeramente superiores a las de tierra, la reducción del riesgo financiero compensa la balanza.
«El gas de Vaca Muerta tiene el potencial de cambiar la matriz económica del país», indica el reporte, subrayando que herramientas como el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) son fundamentales para dar la estabilidad que el mercado internacional demanda. Con el GNL flotante, Argentina no solo busca vender gas, sino asegurar su lugar en la seguridad energética de Asia y Europa en las próximas décadas.
