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GNL: porque Punta Colorada es una mejor opción que Bahía Blanca

El debate abierto sobre la ubicación del proyecto de YPF junto a Petronas para exportar el gas de Vaca Muerta como GNL debe ser analizado desde una óptica objetiva y basada en datos. Los especialistas se inclinan por una de las dos ubicaciones, otorgándole 15 puntos de ventaja. Esta decisión es de vital importancia para el futuro energético y económico del país, y requiere un análisis minucioso y transparente que considere todas las variables en juego.


Hace bastante tiempo que no teníamos en nuestro país estos interesantes desafíos respecto a la definición del lugar en donde conviene establecer una importante inversión de miles de millones de dólares como la que se requiere para posibilitar la exportación del gas proveniente de Vaca Muerta, en la provincia de Neuquén, a través de la construcción y operación de una terminal portuaria localizada en el mar argentino en dos alternativas hoy en pugna: Bahía Blanca (Buenos Aires) y Punta Colorada (Río Negro).
El proyecto ARGLNG, que propone YPF SA asociado a la estatal malaya Petronas, es una iniciativa de gran envergadura que incluye la construcción de un gasoducto desde Vaca Muerta al mar argentino, de aproximadamente 600 kilómetros con sus plantas compresoras, y la conexión e instalación de una planta de licuefacción flotante (FSRU) en una primera etapa de 10.000 millones de dólares. Posteriormente, se planea la incorporación de dos plantas flotantes más (FSRU) similares en una segunda etapa, y la construcción de una planta «on shore» en una tercera etapa, lo que permitirá despachar gas natural licuado (GNL) hacia todo el mundo a muy bajas temperaturas.
Para tomar una decisión informada sobre la ubicación de la terminal, es fundamental utilizar herramientas de planificación portuaria como evaluaciones FODA (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas) y PESTEL (Político, Económico, Social, Tecnológico, Ecológicos, Legales). Estas evaluaciones permiten un análisis detallado de las ventajas y desventajas de cada ubicación, considerando factores clave como la viabilidad económica, las implicaciones medioambientales y las oportunidades de desarrollo regional.
Además, técnicas como la extrapolación de tendencias y la formulación de escenarios ayudan a imaginar situaciones futuras y evaluar las posibles contingencias del proyecto. Los estudios de simulación náutica también son esenciales para determinar las dimensiones de canales y dársenas necesarias, así como las condiciones operativas óptimas para la instalación.
Es crucial que estas tareas se realicen en un ámbito imparcial y especializado. En países con regulaciones y políticas de desarrollo prestablecidas, esta labor suele recaer en los departamentos de planificación de las autoridades portuarias nacionales. En nuestro caso, la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables de la Nación, dependiente de la Secretaría de Transporte del Ministerio de Economía de la Nación, debería asumir este rol. Sin embargo, en las actuales circunstancias, es poco probable que se pronuncien al respecto, dejando la decisión final en manos de los inversores privados.
A pesar de ello, no podemos ignorar dos cuestiones clave en las que el Estado nacional juega un papel fundamental: la participación mayoritaria de la empresa YPF SA y la inclusión del proyecto en los beneficios fiscales del Régimen de Inversión para Grandes Infraestructuras (RIGI). Estas consideraciones subrayan la necesidad de una evaluación conceptual comparativa desde la óptica de la planificación portuaria, teniendo en cuenta los volúmenes significativos a movilizar y las características técnicas de las instalaciones necesarias.
De una encuesta entre profesionales con especialidad portuaria, surge que Punta Colorada, en Río Negro, obtiene un puntaje superior (62,5 vs 77,5) como la ubicación preferida para la terminal gasífera de exportación. Esta elección abre la posibilidad de iniciar un nuevo polo de desarrollo en el sur argentino, con industrias complementarias a su alrededor. Se puede pensar en un desarrollo similar al que tuvo lugar en La Plata con la instalación de la destilería más grande del país en la década del 60, o el crecimiento del Polo Petroquímico en el Puerto de Bahía Blanca en los 90, impulsado por el yacimiento gasífero de Loma de la Lata.
La elección de Punta Colorada como la ubicación para la terminal de exportación de hidrocarburos líquidos y gaseosos podría permitir una distribución más equilibrada de la inversión nacional, favoreciendo el desarrollo de zonas postergadas con gran potencial en nuestro litoral atlántico. Esta decisión estratégica tiene el poder de transformar la economía regional y nacional, creando nuevas oportunidades de empleo y crecimiento sostenible. Es imperativo que el análisis y la decisión final se realicen con la mayor transparencia y rigor técnico posible, garantizando así el máximo beneficio para el país.

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